Leonardo Mayer se despidió muy temprano de Roland Garros, el segundo Grand Slam del año, con una caída frente al local Jéremy Chardy por 6-4, 3-6, 6-4 y 6-2. Una derrota costosa en cuestión de ranking y objetivos: es un hecho que el correntino caerá hasta cerca del puesto 82, y también quedará al margen de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro , ya que el corte de ingreso (reservado a los 56 primeros) se hará con el Ranking del lunes siguiente al final del abierto francés, con el Yacaré muy por debajo del límite. "Ya me despedí, ya está. No me da la chance, es imposible. Aquí era lo último que podía intentar, y no se pudo, qué le voy a hacer. Por algo será que no me deja ir este deporte", admitió.
Pese a la caída, Mayer se presentó con una sonrisa ante la prensa. Media hora después de consumarse la derrota en la cancha 1, el correntino admitió: "El hombro (derecho) me lo quiero cortar y ponerme otro, pero no se puede. No sé qué es lo que tengo, pero me lo cortaría. Tengo que jugar el dobles ahora (con el portugués Joao Sousa) y después veré, no sé qué es lo que voy a hacer, si jugaré en césped o no, pero sin el saque es muy difícil. Es algo que vengo arrastrando hace mucho y no me está dejando jugar, ya perdí un montón de partidos peleados en los que el hombro no me daba para ganarlos".
"Fue un buen partido. Él jugó bien. Yo tuve la chance en el tercer set, pero hubo un game que jugué mal, y que él jugó mejor, y después él se soltó y jugó más agresivo, yo bajé un poco, me cansé y ya no me daba más el hombro; ya no sacaba igual, me costaba mucho, pero me ganó bien", explicó Mayer, que agregó: "No tengo el hombro derecho al ciento por ciento, y eso hace que saque rápido, pero después de una hora y media baja mucho mi nivel de saque, y así pierdo un arma fuerte de mi juego".
Consciente de los malos resultados, Mayer amplió su análisis: "Perder no es lindo. Ya me pasó muchas veces, estuve muchos años así, es difícil salir de este tipo de situaciones. Tenés que ponerle garra. Desde el año pasado ya vengo mal de la pierna, no pude terminar la pretemporada, en Indian Wells venía en alza, tuve la lesión en el hombro y no pude ir a jugar a Miami. Después, algunos sorteos fueron malos, y empezó una caída libre que no se puede cortar. Ahora que perdí ranking no jugaré los Masters 1000, de a poquito habrá que remar y empezar el camino de nuevo".
El correntino, en una temporada con resultados por debajo de lo esperado, acumula más derrotas que triunfos (10-12), y en siete de los doce torneos que disputó este año cayó en su estreno. Sus mejores actuaciones fueron en el comienzo del año, en Doha, donde alcanzó los cuartos de final, y en abril en Estoril, certamen donde también escaló hasta cuartos de final.
Las lesiones que sufre el correntino llegan en un momento más que inoportuno, porque está muy cerca la gira sobre césped, y enseguida está la Copa Davis contra Italia. "No sé qué haré. Hablaré con Orsa (Daniel Orsanic, el capitán) y veré. Primero está mi hombro, mi físico, y después el tenis. No puedo exigirlo porque no rindo, y tampoco le rindo al equipo, y tampoco es bueno jugar por orgullo. Hay que saber decir cuándo podés ir y cuándo no, porque hay que ir a jugar al ciento por ciento, si estás al 50 o al 60 por ciento no le sirve al equipo", destacó el Yacaré. Sobre la posibilidad de jugar el dobles con Juan Martín del Potro, señaló: "No hablo con él desde el torneo de Madrid, no lo vi más".
De todos modos, fiel a su estilo bromista, ante la consulta de un colega de Italia que le preguntó por la Copa Davis, contraatacó directo al fleje: "Ah, tienen miedo los italianos, eh? Tengo problemas para sacar pero esto se recupera, ojo. Quedate tranquilo que no me voy a operar, tengo un manosanta allá en la Argentina", y cerró la rueda de prensa con sonrisas para todos.