Martín Demichelis era el hombre más buscado en Tucumán después de una noche movida en la que River empató 0-0 con Atlético con el penal doblemente errado de Esequiel Barco como postal del partido.
Es que el mediocampista se empecinó en patear, primero pasando por sobre el deseo de Miguel Borja y después desobedeciendo al mismo entrenador, pero ambas veces con igual resultado: atajada de José Devecchi con invasión de área y disparo a las nubes en la ejecución definitiva. La historia no terminó allí, porque luego Micho decidió que Barco no saliera a disputar el complemento.
Acerca de todo lo sucedido, el DT intentó dar una imagen de superación y tranquilidad. Si bien ya la primera pregunta de la conferencia apuntó a ese tema, la respuesta arrancó con un breve análisis del trámite.
<iframe width="640" height="360" src="https://www.espn.com.ar/core/video/iframe?id=13236870&endcard=false" allowfullscreen frameborder="0"></iframe>
"No nos sentimos desde el primer minuto cómodos en el partido, nos costó muchísimo. Tuvimos la fortuna de que nos fuimos al entretiempo sin haber recibido algún gol, lo terminamos mejor de lo que empezamos pero en definitiva no se vio reflejado lo que intentamos hacer desde el primer minuto e incluso de lo que veníamos haciendo", dijo.
Entonces sí llegó el momento de contestar lo ineludible: "A cualquiera le puede pasar errar un penal o incluso dos, consideré que no estaba emocionalmente al ciento por ciento en el entretiempo como para que siga jugando en el segundo. Esequiel es un gran chico, a veces son las emociones de los jugadores por las pulsaciones, venimos ganando, quería participar porque todavía no había convertido en esta temporada. Me pidió disculpas porque no es egocéntrico y no es un chico que piense solo en él, en este caso no quería ceder la pelota pero de todo se aprende y hoy seguramente se lleve una gran experiencia".
<iframe width="640" height="360" src="https://www.espn.com.ar/core/video/iframe?id=13236886&endcard=false" allowfullscreen frameborder="0"></iframe>
Enseguida, aclaró: "Cualquiera de los dos son los encargados de patear y muchas veces ellos tienen que resolver en el campo dependiendo de sus propias sensaciones. Cuando erró Esequiel ahí sí participé en pedir que fuera Miguel, no se dio y el desenlace ya es conocido".
Sobre la decisión puntual del reemplazo y el porqué de hacerlo en el descanso cuando parecía tenerlo decidido desde antes, el entrenador explicó: "Es a libre interpretación para el mundo de afuera, lo que teníamos que hablar puertas adentro lo hicimos, Esequiel ya pidió disculpas, lo necesitamos muy bien, es un jugador muy desequilibrante, incluso después de errar el segundo penal se vieron situaciones erráticas para él que son atípicas y consideré que no estaba al cien por cien emocionalmente para seguir. Respeté a Esequiel para no perder una ventana ahí y que se haga cargo de la situación después de haber errado, pero no hay que dramatizar demasiado".