El 24 de marzo, Marcelo Gallardo hizo público un rumor que corría por los pasillos del Monumental: “Hablé con él, hemos hablado mucho en el último tiempo: me dijo que está cansado y no me desestimó la posibilidad de irse en junio”, dijo el entrenador sobre Fernando Cavenaghi. En ese momento, las palabras del Muñeco evidenciaron que el goleador no se sentía cómodo con tan poco protagonismo en el club de sus amores: su futuro parecía estar más afuera que adentro del club de Núñez. “Para nosotros es una referencia, lo necesitamos bien, quiero que disfrute del día a día porque es la única manera. Pudo volver a jugar, que no es poco, y ya jugó más de lo que creía después de la operación”, contó el entrenador, que soñaba con verlo en un gran nivel.
Veintisiete días después, el presente futbolístico del Torito cambió drásticamente. Si bien aún hay muchas dudas con respecto a su continuidad en el club, a fuerza de goles –con los dos que marcó ante Banfield llegó a seis y es el máximo artillero de River en el torneo local– y de buenos rendimientos, Cavenaghi resurgió de las cenizas y se convirtió en una pieza fundamental para el equipo que conduce Gallardo, quien deberá decidir si lo sigue considerando un suplente de lujo o le da la titularidad. “Sé que meto presión haciendo goles y mostrando que estoy bien. Después el entrenador decidirá quién juega”, deslizó el hombre que entró en el top ten de los goleadores históricos de River.
Él mismo pensaba que no iba a volver a jugar, pero después de operarse el 14 de agosto por una bursitis en el pie derecho, regresó a las canchas el domingo 23 de noviembre ante Racing, en Avellaneda; se decía que estaba gordo y que le faltaba ritmo de juego, pero el propio Cavenaghi se encargó de celebrar uno de sus tantos ante el Taladro con el torso desnudo para que todos vean que debajo de la camiseta no hay una panza cervecera; se intuía que hasta que finalice su ciclo en River iba a ser suplente de Rodrigo Mora y de Teófilo Gutiérrez, pero el Torito por algo gritó 106 veces con la banda: porque tuvo y tendrá mucho más para dar. “Estoy contento porque cumplí mi objetivo y entré en la historia del club: no es algo fácil de lograr estar al lado de nombres como Labruna, Francescoli, Alonso. Estoy bien, con confianza, me siento mejor físicamente. Creo que es algo progresivo, que va mejorando día a día. Disfruto cada momento y estoy para cuando me pongan”, dijo el hombre que nació en General O’Brien hace 31 años.
Tal como se lo aconsejó Gallardo en la charla que mantuvieron cuando el goleador le manifestó su descontento, Cavenaghi dice que celebra el día a día porque no sabe qué será de su futuro a partir del 30 de junio, cuando finalice su vínculo con River. “No me adelanto y tampoco quiero hablar mucho: no quiero ser esclavo de mis propias palabras. Disfruto cada partido que me toque jugar, cada minuto que me toca entrar si es que estoy en el banco y luego tomaremos una decisión. Veremos qué es lo más conveniente, hablaré con el entrenador, con los dirigentes y sobre todo con mi familia, porque mi decisión va a pasar siempre por la comodidad y lo que quieran ellos”, explicó el capitán del equipo, el atacante al que le brillan los ojos cuando habla de lo que siente al escuchar “El Cavegoool, El Cavegool” en el Monumental. “Me pone muy feliz jugar, ser capitán... Y me siento un privilegiado por el cariño de la gente de River. El reconocimiento de ellos hacia mí es espectacular. Si les puedo retribuir el afecto con goles mucho mejor, porque soy delantero y mi rol es convertir y vivo del gol, pero en todo momento me siento muy cerca de ellos”, mencionó, emocionado, el héroe de la tarde-noche ante Banfield, quien dijo, al igual que Juan Román Riquelme luego del recordado Topo Gigio en La Bombonera, que su festejo alocado en su primer tanto fue dedicado para su familia. “La situación con (Matías) Almeyda ya está aclarada”, destacó por las dudas.
Para Cavenaghi, tiene lógica que River esté en la cima del torneo porque viene en alza desde hace varios partidos. “Por momentos tenemos un gran juego. Lo intentamos todo el tiempo. Es importante ganar y hacerse fuertes de local, tal como lo hemos hecho el año pasado”, contó el Cavegol. Pero el otro club que está en la punta es Boca, justamente el rival de toda la vida y el equipo al que deben enfrentar tres veces en diez días. Pese a la cercanía de los encuentros, el delantero piensa únicamente en Huracán, conjunto con el que deben jugar en San Luis por la Supercopa Argentina. “Antes de pensar en Boca tenemos una final y nuestra cabeza está sólo en eso. Tenemos un lindo desafío por delante, hay un título en juego y vamos por eso. Esta semana se planificará el partido ante un rival que por algo está jugando la Libertadores y llegado el momento pensaremos en Boca y en los superclásicos consecutivos, pero no hay que equivocarse y hay que ir paso a paso: tenemos que tener la cabeza bien fría”, aseveró el capitán que dice que han recuperado la confianza y que están en un buen nivel anímico y futbolístico. “Hemos levantado y hay que seguir por este camino de victorias que te da más seguridad, pero no hay que confundirse y hay que seguir entrenando como siempre porque el plantel está mejorando y eso es bueno para lo que se viene.”
Cavenaghi habla de sus dos goles y de su récord y sonríe. Cuenta lo que significa River para él y se ruboriza, como quien piensa la palabra justa para definir el amor. No se sabe aún cuál será el futuro del Torito, pero mientras tanto él paga con goles y le empieza a dar razones a Gallardo para preguntarse lo que muchos hinchas piensan: ¿Tiene que seguir siendo el primer delantero suplente?