A 11 días del 75º aniversario de La Bombonera, a ella se encomienda Boca para volver a hacer historia y eliminar esta noche a River de la Copa Libertadores. Es que allí, entre tantas alegrías a lo largo de los años, nunca perdió un Superclásico por la Copa Libertadores, ganó siete de los 11 que se jugaron y en 2000, en la única serie eliminatoria que se definió en La Boca, el Xeneize selló un 3-0 histórico con el caño de Juan Román Riquelme a Mario Yepes y el muletazo de Martín Palermo.
Eso sí, a pesar de no haberse ido prácticamente nunca con una sonrisa de La Bombonera en la Libertadores, desde River no tienen por qué mirar con tan malos ojos los resultados de esos 11 encuentros. Es que sólo dos veces Boca ganó por más de un gol y en otras dos, la victoria local fue por 1-0. Por lo que si hoy se repite alguno de los otros siete resultados, el que pasaría de ronda sería el Millonario, mientras que dos llevarían a penales y dos le darían la clasificación a Boca.
El problema desde el lado de River además de las siete derrotas y de la imposibilidad de conseguir un triunfo, es que sólo uno de los cuatro empates tuvo sabor a victoria. Fue en la segunda fase de grupos de la edición de 1970. Ambos habían derrotado en Buenos Aires y en Lima a Universitario y como River se había quedado con el Superclásico en el Monumental, Boca debía hacer lo propio en su cancha en la última fecha para forzar un desempate en busca de las semifinales, pero fue 1-1 con goles de Daniel Onega y de Ángel Clemente Rojas, este último a nueve minutos del final, lo que le dio un toque de emoción a la definición.
En cambio, ninguna de las siete victorias de Boca se vio opacada por un resultado anterior (como sí le sucede a River con triunfos de local que no terminaron con festejos locales) y los otros tres empates se jugaron por fases de grupos y lejos de la definición. La historia de Boca en su cancha y en su torneo preferido ante River es generalmente de alegrías. Ya en 1966, con Boca eliminado de la segunda fase de grupos, en la última fecha le ganó por 1-0 y lo obligó a jugar un desempate con Independiente por un lugar en la final, que después perdería con Peñarol en Santiago de Chile.
Más de una década tuvo que esperar para conseguir un triunfo de esos que entran en la historia. Fue en 1977, cuando en el último minuto Roberto Mouzo anotó el 1-0 después de que el Pato Fillol le atajara el penal, y ese triunfo fue clave para que el equipo dirigido por el Toto Lorenzo accediera a la final y ganara su primera Copa Libertadores. Al año siguiente volvió a recibir a River, empató 0-0 y otra vez dio la vuelta. Después de ese bicampeonato, La Bombonera tuvo que esperar 13 años para otro partido histórico a pesar de que en los ’80 empataron dos veces ahí. En la primera fase de la Copa de 1991, River ganaba por 3-1 pero Boca lo dio vuelta, ganó 4-3 y unas semanas después dejó afuera al por entonces equipo dirigido por Daniel Passarella al dejarse empatar de local contra Oriente Petrolero.
Nueve años más tarde y con el cambio de formato comenzaron los cruces como el actual, de eliminación directa, porque hasta 2000, todos los Superclásicos coperos habían sido por fases de grupo. Y el recuerdo de las dos series es más que favorable a Boca, que no sólo avanzó y ganó de local en ambas, sino que en La Bombonera protagonizó partidos difíciles de olvidar. El primero fue el mencionado con Riquelme y Palermo como grandes figuras, que sirvió para dar vuelta el 2-1 que había conseguido River en el partido de ida. El segundo abrió la serie de semifinales de 2004 y Boca se llevó la victoria por 1-0 (Rolando Schiavi) después de una batalla en la que Marcelo Gallardo arañó a al Pato Abbondanzieri, héroe en la definición por penales en el Monumental.
Ese día Claudio Martín expulsó a Gallardo, a Raúl Cascini y a Ariel Rojas y prolongó una larguísima lista de jugadores que debieron abandonar La Bombonera antes del pitazo final entre los Superclásicos coperos y en ese rubro también sale favorecido Boca. Es que hasta la roja a Cascini, el único que había sido echado en La Boca había sido Norberto Madurga, y ambos se fueron por pelearse con un rival: el Mosquito con Gallardo (hoy entrenador de River) y Madurga con el Chamaco Rodríguez (actual dirigente en Núñez).
Por todo eso, mientras River buscará hacer historia y Boca extender la propia en La Bombonera, a Darío Herrera, entre todo lo que se dijo, tendrá que lidiar con un clásico que en la cancha de Boca suele ser caliente.