Hace varios meses, Guillermo Barros Schelotto se reunió con el presidente Daniel Angelici y le dejó bien en claro cuáles eran los refuerzos que quería para el equipo. En la lista, la gran prioridad era Gustavo Gómez.
El central paraguayo, dirigido por los Mellizos en Lanús, hoy viste la camiseta del Milan aunque no juega casi nunca. Boca negoció durante semanas con el club italiano... pero no se llegó a un acuerdo.
Milan había pagado 8 millones de euros en julio de 2017 por el 100% del pase. La última oferta de Boca, rechazada en el día de ayer, era de 6,5 millones de euros por la totalidad de la ficha.
Boca se queda sin ese central de jerarquía que los Mellizos querían para jugar la Copa Libertadores. El puesto queda un tanto débil: Lisandro Magallán y Paolo Goltz son los titulares; Santiago Vergini es el primer suplente y más atrás aparece el juvenil Agustín Heredia.
En este semestre el Xeneize jugará Superliga y Libertadores. Apenas tendrá recambio en una zona vital de la cancha. ¿Era Gómez o nadie? Lo llamativo de la situación es que en ningún momento el Mellizo dio otro nombre para reforzar la zaga.
Desde su llegada en junio de 2016, Vergini no supo mostrar su mejor nivel y eso es lo que preocupa a los hinchas: que él sea la primera variante ante una lesión o suspensión de Goltz o Magallán.
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