Pocos partidos de fútbol convocan menos que uno por el tercer puesto. Del torneo que sea. Estadios prácticamente vacíos por el desinterés del público, equipos desanimados luego de perder en semifinales y no llegar a la final pero todo eso quedará de lado este sábado, cuando la Selección argentina se enfrente a Chile en San Pablo por la Copa América.
Tras caer 2-0 con Brasil, Lionel Messi y compañía esperaban rival para el último juego del torneo, que será la Roja, que recibió un cachetazo de Perú y perdió 3-0.
Así, los dirigidos por Lionel Scaloni chocarán ante los de Reinaldo Rueda <b>el sábado desde las 16 en el Arena Corinthians, en otro clásico que seguramente tendrá chispazos y roces.</b>
Es que la historia reciente entre estos dos seleccionados tiene recuerdos muy significativos para ambos. Para la Selección son malos, porque son dos finales perdidas, mientras que para la Roja son buenos, porque son los primeros títulos de su vida.
Así, un juego que tenía destino de ser mirado de reojo y con pocas ganas recupera el interés gracias al duelo de los dos finalistas en las dos ediciones anteriores, que querrán terminar la Copa América de la mejor manera.
No será una revancha para la Selección, claro está, pero sí la chance de estar frente a frente nuevamente ante su verdugo más reciente (por partida doble).
Con un equipo renovado, pero todavía con jugadores que sufrieron esas dos duras derrotas (Messi, el Kun Agüero, Ángel di María, Nicolás Otamendi, Roberto Pereyra, Milton Casco, Agustín Marchesín, Ramiro Funes Mori), Argentina saldrá más que motivada a jugar un partido que suele ser el más feo para disputar. Menos en este caso.