La muerte de Emiliano Sala partió al medio a una familia de pueblo que toda la vida hizo un culto de la unión. Ese concepto lo predicada Mercedes Carina Taffarel, mamá de Darío, el Emi y Romina, quien más soportó los embates y la consecuencia de la separación de Horacio Sala, un padre ausente en vida por diferentes problemáticas y para siempre desde el 26 de abril de 2019, cuando murió después de sufrir un infarto, a tres meses de la tragedia en el Canal de la Mancha.
El 21 de enero de 2019, Emiliano Sala subió a un avión Piper PA-46 Malibu en el Aeropuerto de Nantes Atlantique, Francia, con destino al Aeropuerto Internacional de Cardiff, Reino Unido, donde iba a firmar su nuevo contrato como futbolista en una transferencia de 20 millones de euros. A las pocas horas de partir, la aeronave desapareció de los radares cerca de la isla de Guernsey, en el canal de la Mancha.
En el accidente, además de Emiliano Sala, murió el piloto de la aeronave, David Ibbotson. Por negligencia, la Justicia de Cardiff condenó al empresario David Henderson a 18 meses de prisión. El avión no estaba en condiciones de volar.
<b>Familia y amigos, el dolor eterno</b>
Hoy, a exactamente tres años de la muerte de Emiliano Sala, un silencio de fondo quedó sobrevolando en Progreso, el pueblo santafecino donde el futbolista nació y creció hasta que emigró a Europa -sin pasar por club argentino de primera alguno-. La tristeza se instaló en las calles y sobre todo la familia del jugador conformada por su mamá y sus dos hermanos.
Alan Boschero, uno de sus mejores amigos, y Marcelo Vada, su entrenador en la escuela Crecer (sede del Bordeaux de Francia en la Argentina) y quien convivió luego con Emiliano en Francia, recordaron al futbolista. En diálogo con TN, hablaron de la resolución pendiente por el pase que Nantes dio por hecho y que Cardiff niega, y de la causa que lleva adelante Darío Sala, hermano mayor del futbolista, para que el club inglés se haga cargo de pagarle a la familia el dinero que le correspondía al jugador, que ya había firmado contrato.
"Nos conocimos a los 15 años en la pensión de Crecer y siempre fuimos amigos. Nuestra relación no terminó más, cuando venía siempre nos juntábamos. Éramos un grupo de cuatro: Nicolás, de Córdoba, Mauro, que es de Mendoza, Emi y yo", recuerda Alan.
Para Alan, Emiliano está siempre presente. "Es una persona muy humilde, muy sencilla. Nosotros decíamos que quizás no nos dábamos cuenta del nivel al que había llegado, de élite, porque él se comportaba siempre igual", rememora.
Y en medio de un recuerdo que le dibuja una sonrisa, comenta: "Bromeábamos porque lo mandábamos a hacer cosas porque era famoso, queríamos ver si podíamos entrar a algún boliche o que nos regalaran la bebida pero él no quería. Incluso me acuerdo que una vez tomamos un taxi y el tiempo le preguntó qué hacía y él le dijo que era hijo de un panadero".
<b>Emiliano, el pilar de la familia</b>
"La mamá tiene un dolor del que no se recupera más. Hoy está en Progreso junto con sus otros dos hijos, pero la mamá está muy dolida y siempre lo dice y lo recuerda", comentó Alan Boschero sobre la tristeza que carga Mercedes Taffarel, la mamá de Emiliano.
<b>Darío Carlos, el hermano</b>
Alan, que es amigo de la familia Sala, que la visita en su casa y la recibe en la suya en Las Petacas (Santa Fe), puntualizó: "Darío, el hermano, es el que se hace cargo de todo, de lo judicial, de los abogados, es el que va al estudio en Buenos Aires, está a mil... Además de su trabajo en Progreso como electricista. En junio tiene que viajar a Europa por este tema del juicio", precisó.
<b>Romina Guadalupe, la hermana</b>
Su historia supo conmover. Ella, apegada a su hermano de una manera particular, tuvo un intento de suicidio en julio de 2021. Si bien se recuperó del estado crítico que atravesó, lucha a diario para no caer. "Formó una nueva pareja y volvió a Progreso, porque ella estuvo un tiempo en Santa Fe. Está remando su vida", subrayó Alan.
Sobre Romina, agregó: "Ahora está algo más contenida al estar cerca de la familia porque en Santa Fe estaba sola. Ella es instrumentista y está dejando atrás lo que pasó. Nosotros, los amigos, de Emi, no nos metimos mucho en ese tema, nos preocupamos, preguntamos por su salud, pero no quisimos meternos en algo tan privado", dijo.
<b>Horacio, su padre, murió el 26 de abril de 2019 por un infarto</b>
Emiliano tuvo una relación compleja con su papá. Es que cuando se separó de su mamá, los tres hijos prefirieron protegerse bajo el ala materna y mantuvieron diferencias con los modos del padre de manejarse laboral, sentimental y económicamente, incluso con el dinero que el futbolista supo hacerle llegar.
"Sobre el final pudieron acercarse. Fueron algunos años sin comunicación, pero nosotros hablábamos con Emi para que charlaran. Él nos contaba que tenía un problema familiar con la mamá y que por eso se había alejado del padre, pero le recomendamos que hablara lo que tuviera que hablar y charlaron una vez. No volvieron a recuperar la relación de antes pero se comunicaban cada tanto", contó Alan.
El joven consideró que la muerte del hombre a tres meses de la de Emiliano pudo estar relacionada a la "angustia, tal vez un poco de culpa, muchos sentimientos encontrados..."
<b>La justicia falló y hay un culpable: ahora falta la FIFA</b>
Según el amigo íntimo de la familia Sala "que hayan declarado culpable a una persona es una parte, pero ahora viene la parte de los contratos". Es que Cardiff, club del Reino Unido con el que Emiliano había firmado contrato, asegura que el tránsfer de la FIFA no había llegado al momento de la tragedia y que, por tanto, el delantero santafecino seguía siendo jugador del Nantes de Francia.
Por esto, la familia lleva adelante un juicio contra las partes para que se resuelva el pago del contrato que Emiliano había firmado, por unos 20 millones de euros. "Cardiff dice que Emi no era jugador del club cuando pasó todo y Nantes dice que sí, por eso, una vez que la FIFA falle, estará casi resuelto y clarificado que el tránsfer se hizo, que es el tema del litigio", señaló Alan Boschero. Cardiff se va a tener que hacer cargo de arreglar con la familia, de lo que implican los cuatro años de contrato más los premios que Emi había formado y eso le tocará a la familia.
<b>Alan, ¿cómo te enteraste de lo que había ocurrido con Emiliano?</b>
-(Hace silencio, respira) Mirá, habíamos estado hablando en el grupo el día anterior, de ahí el audio viral que se conoció. Ese día hablamos normal y en un momento no contestó más, lo que era normal por la diferencia horaria, pero al otro día, cuando me levanté para ir a trabajar tenía un montón de mensajes y llamadas perdidas. Yo no entendía nada hasta que mi novia me dijo que prendiera la tele, eran las 7:15 de la mañana y ahí vi, pero no caía. Llamé a Darío, el hermano y ahí me enteré de todo. Es un dolor eterno".
Otra de las personas que habló con TN fue Marcelo Vada, su formador en la escuela de fútbol Crecer, dependiente del Bordeaux de Francia. "Yo trabajaba en Proyecto Crecer, una filial de Bordeaux en San Francisco, Santa Fe, y Emi llegó a los 14 años", contó.
Cuando él llegó yo había empezado a dirigir un club que se llama Juventud Guadalupe, que en ese momento no tenía cancha y entonces jugó un año con el nombre Recreativo Las Petacas, y ahí lo fui a buscar a Emiliano porque él estaba un poco desahuciado, no había tenido la suerte necesaria para darle el salto, porque esto a veces se trata de suerte más allá del talento", aclaró.
Marcelo recordó que "a Emiliano lo tuve tres años, y cuando había pruebas en algún lado lo mandábamos, y yo creo que él pegó el salto aquí. Él siempre estaba en juveniles allá en Progreso pero al venir aquí, que era una liga fuerte y empezó a tener el roce con chicos de 24/25/26 años, creo que eso lo hizo madurar, lo hizo mejor y lo niveló para arriba, hasta que apareció la prueba en Bordeaux y quedó a los 21 años".
<b>¿Cómo pasaste de ser entrenador a amigo de Emiliano Sala?</b>
-Él se fue en septiembre y en febrero nos fuimos nosotros a Francia con mi familia (Marcelo es el padre del futbolista Valentín Vada) y cuando llegamos allá éramos los únicos argentinos, no hablábamos francés. Yo empecé a trabajar en Bordeaux y bueno, estudiábamos el idioma juntos, él venía a casa a comer, estaba siempre con nosotros, fue como mi hijo, la verdad es que yo sentí mucho lo que pasó.
<b>¿Cómo era Emiliano en su época de formación?</b>
-En lo futbolístico marcaba mucha diferencia con los chicos de su edad, pero le faltaba cierto roce, por eso creo que venir a jugar a la Liga le dio el plus que necesitaba porque tuvo que lucharla y pelearla más. Cuando jugaba con gente de su edad, siempre le resultaba fácil.
<b>¿Y como persona?</b>
-Era humilde y querible, todo lo que logró lo hizo a base de sacrificio y de trabajo, siempre todo lo costó mucho. A veces los fines de semana cuando iba a jugar a Juventud Guadalupe, nosotros no teníamos ni siquiera para pagarle el colectivo para que fuese a ver a sus padres, y estaban a 120 kilómetros, en Progreso. Siempre sufrió, siempre le costó mucho, pero en cada lugar al que fue dejó una imagen bárbara como jugador y como persona, un chico muy querido, un chico extraordinario.
<b>¿Recordás el momento exacto en que supiste lo que había pasado con Emiliano?</b>
-¿Como no me voy a acordar? Fue uno de los peores momentos de mi vida, yo era profe de Bordeaux en Girondis, donde trabajaba con la Sub 17, habíamos terminado de recibir a los chicos a las 9 de la mañana en el vestuario, salgo y viene Patrick Battiston (ndr: exjugador del Bordeaux) con una cara? y yo pensé que le había pasado algo a alguien de mi familia, pero él me abrazó y me dijo si podía ir a su casa, que había pasado algo terrible, y ahí me contó.
<b>¿Qué te pasó en ese momento?</b>
-En principio no reaccionaba, no lo podía creer, pensaba en mi hijo también porque eran como hermanos, fue una conmoción. Yo había hablado con él unas horas antes porque siempre hablábamos y me dijo: 'Mirá que el martes debuto. Si venís a verme te pago el pasaje y te doy la camiseta', y yo jodiendo le dije que para qué iba a querer su camiseta, si tenía como 20, le dije "conseguime una linda", y nos reíamos.
<b>¿Cómo lo recordás a Emiliano Sala?</b>
-Para mí, Emi fue un hijo más y te digo algo: no sé si mi hijo me quiere tanto como me quería ese pibe. Primero fuimos profe-alumno, después fuimos familia y terminamos con una amistad muy fuerte, éramos cómplices, por eso para mí fue muy doloroso, lo sentía como mi hijo. Me acuerdo todos los días de él.
<b>El fallo que la familia espera</b>
Emiliano Sala había firmado su contrato con el Cardiff dos días antes del accidente, el sábado 19 de enero. Con él, la institución que entonces formaba parte de la Premier League, había realizado la contratación más abultada de su historia por el delantero argentino que peleaba en la tabla de máximos artilleros de la Ligue 1 con Kylian Mbappé.
Los cerca de 20.000.000 de dólares pautados por la transferencia debían pagarse en cuotas a lo largo de tres años, según lo acordado entre las entidades europeas. Sin embargo, a partir del accidente, Cardiff aseguró que el tránsfer de la FIFA que homologa la operación no había llegado y que, por eso, se considera que el jugador nunca fichó por ese club.
<b>La primera sentencia de la FIFA</b>
El 25 de septiembre de 2019, la Comisión del Estatuto del Jugador de la FIFA estableció que el Cardiff City FC debe pagar al FC Nantes la cantidad de 6.000.000 de euros, correspondiente a la primera cuota adeudada de acuerdo con el acuerdo de transferencia celebrado entre las partes el 19 de enero de 2019 por el traspaso del fallecido Emiliano Sala del FC Nantes al Cardiff City FC.
La Comisión del Estatuto del Jugador de la FIFA, que nunca perdió de vista las circunstancias específicas y únicas de esta trágica situación durante sus deliberaciones sobre la disputa en juego, se abstuvo de imponer costos procesales a las partes (click aquí para acceder al fallo completo).
Pese a esto, la familia permanece en litigio y busca ante los tribunales ingleses que el Cardiff se haga cargo de saldar lo acordado con el futbolista al momento de la firma del contrato, dos días antes de morir.