Messi estuvo presente en la práctica en la Universidad Internacional de Florida (FIU, según sus siglas en inglés) y la novedad fue que volvió a dejarse ver en el campo de juego, donde la Scaloneta se reencontró después del domingo libre que le entregó el cuerpo técnico encabezado por Lionel Scaloni para descansar y poder realizar actividades con sus familias presentes en la ciudad.
Bajo un intenso calor, fue un entrenamiento en el que el 10, según pudo saber ClarÃn, primero tuvo una sesión de kinesiologÃa, al igual que los dÃas anteriores, y después se sumó a sus compañeros para los trabajos de campo. De hecho, el domingo, cuando todo el plantel tenÃa como horario de retorno al hotel a las 19:30, Messi se presentó unas dos horas antes, para trabajar pensando en la recuperación.
Pero la cuenta regresiva no se detiene y no hay persona que sepa más cómo se sienta que el propio Messi. Hubo un trabajo intenso de kinesiologÃa, no solo por el grupo de trabajo de la Selección encabezado por Luis GarcÃa -quien lo masajeó en aquel primer tiempo en el estadio MetLife-, sino también por un profesional que lo suele tratar personalmente desde su llegada al Inter Miami.
El objetivo, técnicamente, es 'romper' la dureza de la contractura, que es -por definición- que una contracción de las fibras musculares que no pueden relajarse por sà solas. Entonces, con masajes fuertes que muchas veces provocan una dificultad para caminar por el dolor -como se apreció mientras Leo transitaba entre el gimnasio y el campo de juego en el entrenamiento del viernes- se intenta drenar la zona afectada.
Leo miró el partido desde el banco de suplentes e incluso firmó planilla, pero jamás estuvo en su cabeza -ni en la del cuerpo técnico- que saltara a la cancha. De hecho, estaba con zapatillas y con un short de otro color del que tenÃan los jugadores en la cancha.
Pero no hay que perder de vista que Leo tiene 37 años y los tiempos de recuperación de las molestias son diferentes que otra época. Hay una evolución, leve, pero evolución al fin. Es la esperanza de los hinchas, de sus compañeros y del cuerpo técnico, pero también mucha mesura en las palabras a utilizar. TodavÃa quedan cuatro dÃas para la batalla de Houston y Argentina espera no tener un problema.