Al tomar conocimiento de lo sucedido, el personal de la División Investigaciones, bajo las directivas de la fiscal Natalia Conti, comenzó una meticulosa investigación. Las tareas incluyeron vigilancia y control de diversos talleres de la ciudad.
Finalmente, el trabajo de los investigadores los llevó a un desarmadero en las calles Dr. Aldá y Tala. En ese lugar, la policía secuestró un chasis de color azul con puertas y parabrisas, un motor y dos chapas patentes que pertenecerían al vehículo denunciado como sustraído.