El 15 de enero de 1944, a las 20:52 horas, un devastador terremoto de 7,4 grados en la escala Richter, sacudió la ciudad de San Juan dejando alrededor de 10,000 muertes.
Con una profundidad entre 11 y 16 kms, el sismo tuvo epicentro en la localidad de La Laja, a 20 kms de la capital sanjuanina, produciendo la desaparición de la ciudad casi por completo. Se considera el evento natural más destructivo de la historia del país y con más cantidad de víctimas, con una intensidad de 9 en la escala de Mercalli modificada.
Las memorias de esa época, relatan que los sanjuaninos se disponían a cenar o estaban en las puertas de sus casa en un día caluroso de verano cuando ocurrió el terremoto. De un momento a otro, la ciudad quedó destrozada y bajo escombros, produciendo el caos y la desesperación de las personas. En los días siguientes al sismo, la situación se agravó debido a las lluvias torrenciales que complicaron más los planes de rescates y evacuación.
Luego del suceso, se creó el Consejo de Reconstrucción de San Juan, que desarrolló un nuevo Código de Edificación que establecía la construcción antisísmica de los edificios, ya que el 98% de las construcciones de la época eran de adobe y no resistieron los efectos del sismo.
Desde esa fecha, se construyeron numerosos edificios públicos, escuelas y obras de urbanización y San Juan se convirtió en una provincia ejemplar en la construcción antisísmica.