El Papa Francisco bautizó, este domingo12 de enero, a 21 bebés, hijos de empleados del Vaticano, en la Capilla Sixtina, durante la fiesta en que se conmemora el Bautismo de Jesús en el río Jordán, establecida en 1981 por san Juan Pablo II.
Antes de la celebración, que se ha convertido en una tradición anual que marca el final del período de celebraciones navideñas en el Vaticano, Francisco compartió sus habituales recomendaciones: "¡Es importante que los niños se sientan bien! Hoy son ellos los que mandan, y nosotros debemos servirlos, con el Sacramento, con la oración". Como de costumbre, invitó a las madres a amamantar a sus bebés si tienen hambre y a cambiarlos si tienen calor.
Con emoción, los padres se acercaron al sucesor de Pedro para que sus hijos recibieran la señal de la cruz en sus frentes, mientras sonaban las voces de la Schola Cantorum.
"Que crezcan en la fe", deseó Francisco en su homilía, para que puedan experimentar la "verdadera humanidad, en la alegría de la familia".
La liturgia la continuaron los concelebrantes, los cardenales Konrad Krajewski, limosnero papal, y Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, quienes marcaron el pecho de cada bautizante con el óleo de los catecúmenos.
Luego, Francisco impartió el sacramento de la iniciación cristiana, mojando con agua bendita la cabeza de cada niño, acompañado de sus padres, padrinos y madrinas; y luego vino la unción con el santo crisma. El cardenal Krajewski acompañó con una caricia el signo en la cabeza de cada bautizado, mientras que cardenal Vérgez Alzaga fue quien le entregó a cada uno la túnica blanca.
Durante la ceremonia, a cada padre se le entregó una vela para encender con la llama del cirio pascual, como símbolo de la luz cristiana que "nunca debe apagarse". El papa alentó a las familias a llevarse las velas a casa y encenderlas en momentos difíciles, para pedir orientación divina.
Al final de la celebración, el Papa compartió un momento con las familias de los bautizados, durante el cual intercambiaron algunas palabras y el pontífice les entregó un regalo a cada uno.