REDACCIÓN ELONCE
En las calles del barrio San Agustín de Paraná, un gesto lleno de calidez y amor transforma la rutina diaria de la limpieza en una verdadera fiesta. Edgardo Barzola, un barrendero municipal con 20 años de servicio, cada diciembre se viste de Papá Noel para sorprender a los más pequeños de la zona. Con su traje rojo y una gran sonrisa, recorre las cuadras asignadas, de calle Gutiérrez al centro de salud Carrillo, llevando golosinas y felicidad a cada niño que se cruza en su camino.
"Es una felicidad enorme sacarles una sonrisa a los gurises. Eso es lo más grande que hay", expresó emocionado Edgardo al hablar con Elonce. Desde hace años, Barzola sorprende a los vecinos con su característico atuendo de Papá Noel, algo que comenzó de manera simple, con un gorrito rojo, pero que rápidamente se transformó en una tradición que él y su mascota, Malevo, llevan con orgullo. Malevo, su perro, también se viste para la ocasión y se convierte en un fiel compañero de este acto de amor y generosidad.
"Lo hago para llevar un poco de alegría a la gente, especialmente a los niños. Desde el viernes estoy saliendo con el traje, recorriendo las calles y dando golosinas a todos los que se me acercan", contó Barzola en diálogo con Elonce. En su recorrido, Edgardo no solo se limita al barrio San Agustín, también ha visitado el Paseo Navideño y diversas ferias de la ciudad, donde es recibido con sonrisas y gratitud.
Lo que más emociona a Edgardo es la reacción de los niños. "Los chicos se acercan y me dicen 'Gracias, Papá Noel', y eso te llena el alma", expresó con emoción. "Te dan ganas de volver a hacer lo mismo cada año. Es algo que no se puede explicar con palabras". Su gesto es apreciado por los pequeños, y también por los comerciantes y los vecinos, quienes han colaborado con donaciones para que Barzola pueda seguir cumpliendo su misión de repartir alegría.
"Junté algunas donaciones de comerciantes y particulares. A los que me dieron, les prometí que los iba a ir a visitar", explicó Edgardo, quien cada año se organiza para conseguir los recursos necesarios para sorprender a los niños con golosinas. El apoyo de la comunidad ha sido tan grande que, según comentó, "ayer fue impresionante, casi me largo a llorar porque la gente nos sacaba fotos a Malevo y a mí".
Edgardo es un hombre muy querido en la ciudad. Además de su trabajo como barrendero, es conocido por trasladarse en moto acompañado de Malevo, su fiel compañero. "Es una mascota que quieren en todos lados", dijo entre risas, destacando el cariño que recibe tanto él como su perro en cada rincón del barrio.
El gesto de Edgardo Barzola es un ejemplo de bondad y generosidad. En un contexto de fiestas donde muchas veces se pierde el verdadero sentido de la Navidad, su acción devuelve la esperanza y la magia a los más pequeños, recordándoles que, más allá de los regalos materiales, lo que verdaderamente importa es el amor, la alegría y la solidaridad.
"Estoy feliz y contento de estar un año más sacándole una sonrisa a los gurises. Es lo más grande que hay", concluyó Edgardo, con la satisfacción de saber que, gracias a su gesto, muchos niños de Paraná vivirán una Navidad un poco más especial.