Bajo el lema "Con María en oración, seamos misioneros de Jesús", miles de peregrinos cumplieron el primer tramo de la Peregrinación de los Pueblos, un evento de fe que cada año moviliza a creyentes de toda la región. Partieron este viernes por la tarde desde la ermita de Hasenkamp y avanzan a pie hacia el Santuario de Schoenstatt, en la ciudad de Paraná, recorriendo un total de 90 kilómetros.
La jornada comenzó a las 17 horas tal como estaba previsto, y se espera que los peregrinos lleguen al santuario este sábado por la tarde. Durante el trayecto, hacen varias paradas no solo para descansar y recuperar energías, sino también para la oración y la reflexión, en un clima de encuentro espiritual.
Los fieles que participan, muchos de ellos con años de experiencia en esta peregrinación, compartieron con Elonce sus vivencias y sentimientos sobre esta experiencia única de fe. Una mujer de Hasenkamp, que ha participado desde las primeras edición de la peregrinación, relató: “Desde el 89 realizo la peregrinación y todas son distintas, ninguna es igual a la otra. En la primera éramos 70 personas, llevábamos la mochila en dos autos, y comíamos un asado en el ombú". Recordó con nostalgia cómo en los inicios la Virgen se llevaba en mano, y el lema de la caminata se pintaba en un pasacalle que los peregrinos sostenían a medida que avanzaban.
La organización creció enormemente desde entonces, adaptándose al creciente número de participantes. "Al extenderse la organización y ser la Peregrinación de los Pueblos, implica muchas más cosas para la seguridad de la gente", añadió. A pesar de las dificultades físicas que puede traer el recorrido, esta fiel señaló que siempre siente el llamado a regresar: “Yo siempre digo que voy a hacer la última, pero la madre te llama siempre”.
Graciana, otra peregrina oriunda de Hasenkamp, también expresó su gratitud por haber llegado al primer tramo: “Hace varios años vengo haciendo la peregrinación, soy de Hasenkamp y la hago para agradecer. Estoy muy feliz de haber llegado al primer tramo”.
Desde Cerrito, un hombre que participa por primera vez junto a otros dos compañeros, compartió su emoción por la experiencia. “Es la primera vez que la realizamos, así que esperamos llegar hasta Paraná. Muchos años quisimos hacerla, pero por una cosa u otra no lo hacíamos, y este año logramos estar acá”, comentó entusiasmado.
Por su parte, otro hombre de Hasenkamp, integrante de la organización, explicó cómo ayudan a solventar los costos del evento. “Somos de Hasenkamp, la cocina peregrina. Vendemos tortas fritas y choripanes para solventar los gastos de la organización”, dijo.
Los servicios de salud también juegan un rol fundamental durante la peregrinación. Un colaborador, personal de salud de Bovril, explicó que no se registraron mayores inconvenientes hasta el momento. “Venimos muy bien, sin personas lesionadas. Al principio, algunos se debilitaron por el calor, pero nada grave. La gente viene súper preparada”, destacó. Este colaborador se involucró en la peregrinación como promesa a la Virgen: “Hace 12 años que colaboro como personal de salud por una promesa que le hice a la Virgen, de que una vez que me recibiera de enfermera iba a colaborar con esto”.
El esfuerzo de los peregrinos es acompañado por un equipo de apoyo que incluye ocho ambulancias y personal de salud autoconvocado, quienes participan de manera solidaria para asegurar que todos lleguen a salvo al Santuario. "Además de las ambulancias, hay personal de salud que viene de manera voluntaria para hacer de esto una verdadera fiesta para la Virgen", finalizó el colaborador.
Con el fervor renovado y el espíritu comunitario, los peregrinos continúan su camino hacia el Santuario de Schoenstatt, reafirmando su fe y compromiso con cada paso.