Tras la dura eliminación por penales ante Cruzeiro en la Copa Sudamericana, el plantel de Boca decidió no regresar inmediatamente a Argentina, sino que se quedó en Brasil para realizar un entrenamiento antes de emprender el viaje de regreso a Buenos Aires.
Diego Martínez, entrenador del equipo, decidió modificar una costumbre habitual del conjunto Xeneize, que suele retornar al país apenas finaliza el partido.
El equipo se entrenó en tierras brasileñas con la mirada ya puesta en el próximo desafío: el partido del lunes ante Estudiantes de La Plata. Este encuentro es vital para el conjunto de La Ribera, que busca recuperarse rápidamente y seguir sumando puntos en la pelea por el campeonato y la clasificación a la Copa Libertadores del próximo año. En el club consideran que repetir la clasificación a la Copa Sudamericana sería un fracaso.
En la práctica realizada en Brasil, los jugadores que participaron del encuentro contra Cruzeiro realizaron trabajos de recuperación, mientras que aquellos que no tuvieron minutos hicieron trabajos con pelota y fútbol reducido.
El viaje de regreso a Argentina se realizó con algunas horas de demora. El plantel arribó al aeropuerto de Ezeiza cerca de las 20 horas del viernes. Sin embargo, el ánimo no era el mejor. Los jugadores, en especial Miguel Merentiel y Luis Advíncula, quienes tuvieron un rol decisivo en la eliminación, fueron aplaudidos por los hinchas que los esperaron pacientemente, aunque se los vio visiblemente afectados.
El objetivo: la Copa Libertadores
Boca se encuentra cerca de lograr la clasificación a la Copa Libertadores. Actualmente, Talleres ocupa el tercer puesto en la tabla anual con 44 puntos, mientras que Boca está a solo dos puntos de distancia. La clave para el equipo de Diego Martínez será encontrar la regularidad en su rendimiento, especialmente en los partidos como visitante, para asegurar su lugar en el torneo más prestigioso del continente.
(Olé)