Canadá fue el primer escollo de Argentina en la Copa América, y el 2-0 de la albiceleste maquilló varias de las imperfecciones de entonces. Pasaron casi tres semanas y hay elementos para tener en cuenta y no repetir. Sobre todo, para una selección que ha llegado a estas semifinales menos con el fútbol total que la llevó a la cima que con oficio y mística, con individualidades salvadoras y jerarquía en momentos clave.
Canadá tiene en Jesse Marsch a un entrenador obsesivo e inteligente que intenta fortalecer a una generación con potencial para mucho más que simplemente competir. Aquella vez en Atlanta, el seleccionado tres veces campeón del mundo salió victorioso por 2 a 0, ahora será en el MetLife, donde los de Scaloni vencieron agónicamente a Chile. ¿Qué lecciones le dejó a Scaloni aquel estreno contra los norteamericanos? ¿Qué errores cometió Argentina que no debería repetir? ¿Qué fortalezas tiene Canadá para lastimar?
<b>Pelotazos ante un rival compactado
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Aquella noche estaba en el candelero el estado del campo. La aplicación de césped natural sobre el original sintético dejó el terreno difícil para el juego de pases que suele tener Argentina, que recurrió repetidamente a un libreto de pelotazo vertical y directo desde los centrales o envíos cruzados a espaldas de los centrales canadienses. Pero no solo el campo de juego conminó a la selección a adoptar ese recurso de manera casi sistemática. Canadá se compactó de tal forma cuando no tuvo la pelota que el espacio para los volantes argentinos se redujo drásticamente. Di María, Messi y Julián tuvieron sus oportunidades en ese escenario. Cuando, en cambio, Argentina apostó por su identidad de asociar pases, llegaron los dos goles.
<b>El costado defensivo derecho
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Argentina tuvo un primer tiempo no exento de sufrimiento, y la mayor de las deficiencias estuvo por el lado de Nahuel Molina. El partido con Ecuador mostró la misma falencia. Pero no es responsabilidad solo del futbolista de Atlético de Madrid ?habrá que ver si sigue en el equipo o ingresa Gonzalo Montiel en su lugar-. Hay un error de funcionamiento que lleva al lateral derecho a quedar sin apoyo y en inferioridad de condiciones cuando el rival agrupa gente para progresar por ese sector. Canadá lo hizo con su mejor arma: Alphonso Davies. El de Bayern Munich se asoció con Millar y hasta el huidizo Jonathan David se unió a triangular. Fue el argumento ofensivo más interesante de los canadienses. Para el martes, no jugará Millar; en su lugar estará el veloz Jacob Shaffelburg, la revelación del equipo.
<b>Atención al volante que se desprende
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Canadá tiene a un delantero de referencia que si bien no viene anotando, se dedica a generar espacios para la llegada de compañeros. Argentina lo sufrió con David ?figura del fútbol francés- y con Eustaquio, a quien Dibu Martínez le tapó un cabezazo de manera notable cuando el partido estaba 0 a 0.
Aquel partido hubo varios futbolistas que no fueron titulares ante Ecuador. Julián Álvarez fue el delantero centro, y podría regresar luego del bajo rendimiento de Lautaro en cuartos de final. Julián jugó un buen partido contra los canadienses gracias a su despliegue para presionar y a las diagonales para ofrecerse como opción de pase. El otro es Leandro Paredes, que se manejó bien en el eje, un lugar en el que Argentina no ha encontrado la brújula con Alexis Mac Allister.
Como siempre, hay puestos que están fuera de discusión. Los centrales seguirán siendo Cuti Romero y Lisandro Martínez, y en el lateral izquierdo permanecerá Nicolás Tagliafico (en el debut contra Canadá jugó Marcos Acuña, demasiado aislado y, por lo tanto, inofensivo en sus incursiones en ataque). Alexis Mac Allister recuperaría su lugar como interno por izquierda, que cumplió con eficiencia en el debut.
Se espera que Lionel Messi, que llegó con lo justo ante Ecuador y tuvo un rendimiento opaco, recupere algo más de confianza y movilidad de la mano de la rehabilitación que viene llevando a cabo.
Finalmente, hay posibilidades de que vuelva Ángel Di María, que no sumó minutos frente a Ecuador. En un contexto difícil, Di María tiene capacidad de resolución individual que hasta ahora no mostró Nicolás González, que le dejaría su lugar en el ataque.