En marzo del año pasado, las personas con Chikungunya en Rosario eran 26, y se habían producido los primeros casos autóctonos. Ahora, un año después, el número asciende a 66, de acuerdo al último informe epidemiológico oficial. De esta manera, la ciudad atraviesa un rebrote de esta enfermedad viral que es transmitida por el mismo mosquito que produce el dengue y el zika.
Si bien toda la atención esta puesta en la epidemia de dengue, no es un dato menor que estén trepando los diagnósticos de Chikungunya ya que esta virosis suele dejar más secuelas que el dengue.
A nivel nacional, el boletín epidemiológico N° 698 (SE 13/2024) del Ministerio de Salud informó 362 casos de fiebre Chikungunya. De las personas afectadas, 236 no tuvieron antecedentes de viaje. Hay además 94 casos en investigación. En la provincia de Santa Fe ya hay 108 casos, casi la mitad son autóctonos y hay otros 50 en proceso de ser confirmados o descartados. En el caso de Entre Ríos, según el mismo reporte, son 30 los casos sospechosos investigados.
Desde el área de Epidemiología de Salud pública de Rosario, el infectólogo a cargo, Matías Lahitte comentó que se trata de dos cuadros clínicos muy similares pero las secuelas puede ser distintas. "El cuadro clínico es muy parecido. Diferenciarlo es realmente muy difícil. Lo llamativo sucede luego ya que con fiebre Chikungunya pueden quedar dolores articulares importantes, algo parecido a lo que producen las enfermedades reumáticas. Tenemos pacientes que quedan con signos de artritis por meses", remarcó.
En ocasiones, señaló el médico, se necesita un abordaje multidisciplinario para acompañar al paciente una vez que tuvo la enfermedad y no es raro que se indiquen corticoides.
"Quien tuvo dengue puede sufrir por un tiempo cansancio pero no el mismo tipo de dolor articular que puede dejar la fiebre Chikungnya", señaló Lahitte.
Al igual que el dengue se presenta con fiebre de 38 grados o más, dolores corporales (especialmente en pies y manos) y pueden aparecer manchas en la piel.
Esta enfermedad se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado. Como sucede con el dengue y el zika un insecto pica a alguien con la enfermedad y luego a otra persona y le transmite el virus.
El diagnóstico se hace por laboratorio y generalmente cuando lo peor de la enfermedad ya pasó. Se miden los anticuerpos y eso confirma que la persona tuvo este virus y no otro.
Las estrategias de prevención y acción son las mismas que en el dengue: evitar que queden depósitos de agua en los domicilios, vaciar y cepillar recipientes en forma diaria para que no se multipliquen las larvas, colocarse repelente y poner mosquiteros, además de espirales o pastillas para alejar a los mosquitos. Y pedir asistencia médica si hay síntomas.