El "captain run" de Los Pumas no fue en el Stade de France. Un día antes del choque contra Inglaterra por el tercer puesto en el Mundial de Rugby, la tradicional práctica que queda a cargo de alguno de los referentes del equipo se hizo en el campo de entrenamiento donde se instaló Argentina desde su llegada a París.
Clima distendido, sin las presiones que los volvían silenciosos en la etapa de clasificación cuando no volaba una mosca. El grupo está de buen semblante y con expectativa para jugar el último partido con el interés puesto en la recompensa de la medalla.
Lo que rompió la armonía de una mañana que había transcurrido sin sobresaltos, fue un accidente de Facundo Isa con la máquina de scrum. El octavo quedó enganchado y se desplomó al suelo con la pierna trabada. Cuando se soltó se tomó la extremidad con claras señas de dolor quedó inmóvil tendido en el piso.
La reacción inmediata de sus compañeros fue rodearlo y observaron el cuadro. "Casi me rompo todo", se le escuchó decir al incorporarse, algo aliviado pero con el rostro consternado. El santiagueño será titular este viernes ante Inglaterra y después del episodio trabajó con normalidad.
Quien despertó preocupación fue Guido Petti, a quien se lo vio con mucho hielo en la rodilla derecha. También será titular ante Inglaterra, en una segunda línea que ya perdió a Tomás Lavanini por lesión e incluyó a Pedro Rubiolo, de 20 años.
Igual que la semana pasada antes del partido ante los All Blacks, Matías Moroni y Mateo Carreras trabajaron, cada uno, con la pierna derecha vendada desde le tobillo con el muslo completo, solo dejando la rodilla al descubierto para permitir la flexión. Tute será suplente, mientras que el tucumano está en el XV.
La actividad tuvo una particularidad: la tradicional ronda que los 33 jugadores realizan para cerrar el entrenamiento tuvo al, ahora, jugador 34: en muletas, Pablo Matera ofreció una arenga con la importancia de ganar el último partido del Mundial y cerrar el ciclo que se inició, justamente, con una derrota ante Inglaterra.
Después del susto, los jugadores dejaron el campo de entrenamientos y volvieron al hotel, donde aguardarán hasta la noche del viernes para jugar en el Stade de France ante Inglaterra, con la intención de colgarse la medalla de bronce.
