El legendario extenista alemán Boris Becker (54), ganador de seis torneos del Grand Slam, fue condenado este viernes por un tribunal británico a dos años y medio de cárcel por cuatro delitos financieros relacionados con su quiebra en 2017.
La sentencia se conoce después de que el pasado 8 de abril el jurado del tribunal de Southwark, en Londres, le hallara culpable de esos delitos, cometidos entre el 21 de junio y el 3 de octubre de 2017.
El jurado consideró probado que el ex número uno del mundo ocultó activos y préstamos por valor de unos 2,5 millones de libras (unos 3 millones de euros) para evitar así pagar sus deudas que ascienden a unos 50 millones de libras (60 millones de euros).
En el momento de su quiebra en junio de 2017, el jugador, que ganó 49 títulos en 16 años de carrera deportiva, tenía deudas estimadas en hasta 50 millones de libras (unos 65 millones de dólares al cambio actual).
Fue procesado por 24 cargos de ocultación de bienes, ?pero el jurado del sur de Londres sólo lo declaró culpable de cuatro, que incluyen sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda.
También fue condenado por no declarar una propiedad en Alemania y por ocultar un préstamo bancario de 825.000 euros y acciones de la empresa tecnológica de inteligencia artificial Breaking Data Corp.
La jueza lo había dejado en libertad condicional bajo fianza y había fijado para este viernes 29 de abril el anuncio de su condena, que podría haber alcanzado los siete años de cárcel por cada cargo.
Antes, el jurado lo absolvió de 20 cargos, que incluían el no haber entregado a sus acreedores nueve trofeos y medallas, entre ellos tres trofeos de Wimbledon, dos trofeos del Abierto de Australia y su medalla de oro olímpica de Barcelona 1992.
Primera raqueta del mundo en 1991, Becker afirmó durante el juicio que algunos de sus premios habían desaparecido y aseguró que los entregaría si supiese dónde estaban.
Tampoco se retuvo en su contra la acusación de no declarar una segunda propiedad en Alemania, así como intereses en un piso de Londres ocupado por su hija Anna Ermakova.
Durante el proceso la fiscalía afirmó que Becker cobró 1,13 millón de euros (1,22 millones de dólares) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su "alcancía" personal con que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.