Son casi 1.500 personas, fundamentalmente de entre 18 y 30 años, las que en solo 15 días fueron alcanzadas por los operativos de rastrillaje en los barrios y recibieron la vacuna Cansino. Una aplicación que permite tener el esquema completo de protección contra el Covid-19. “Es un éxito, porque permite llegar al núcleo duro de la población vulnerable que no se inscribe y tampoco se acerca a los centros de salud”, señaló el responsable de las acciones en el territorio del Ministerio de Salud, Sebastián Torres.
Las Flores fue el inicio de la estrategia barrial que la provincia lanzó con la llegada de 31 mil dosis Cansino. Una vacuna “ideal”, de acuerdo a la definición de las autoridades, para trabajar en el territorio porque no requiere temperaturas extremas de frío para su conservación y es monodosis.
Allí en la zona sur fueron alcanzadas unas 70 personas, de las cuales más del 60% tenían entre 18 y 30 años. Sin embargo, ese no fue el sector de la ciudad donde mayor demanda se registró.
Torres señaló que en los últimos días, en la intervención en el barrio Toba de Rouillón y Seguí, la demanda fue tal que debieron extender el trabajo por tres jornadas.
“El primer día detectamos 200 personas, el segundo 300 y el tercero registramos otras 170”, detalló.
Los centros de salud vienen aplicando vacunas, pero no es la única demanda que atienden y son muchos los vecinos que no se acercan con esa inquietud.
Por eso, a partir de ahora, Torres indicó que se dejarán allí algunas dosis para que ante la consulta de un paciente sin vacunar, los médicos puedan tener disponibilidad.
El núcleo duro de la pobreza
Para Torres, estas más de 1.400 personas son “el núcleo más duro de la pobreza”, donde además de las barreras tecnológicas para la inscripción, el contexto de extrema necesidad les impide dimensionar la importancia de vacunarse.
“Son situaciones extremas con otras prioridades: el trabajo, la changa, la subsistencia y donde además hay dificultades para movilizarse y acceder a los vacunatorios, falta de información sobre el Covid y donde la mirada sobre la enfermedad es otra”, explicó.
A eso, tanto en el barrio Toba de Rouillón como en la zona de Juan José Paso y Travesía, el médico sumó otro elemento que es “la distancia cultural que hace que se mire de otro modo la enfermedad”.
Incluso allí, señaló que no es la población mayor, sino la franja que está entre los 18 y los 30 años, donde se detectó una mayor cantidad de personas sin vacunar.
“Es la franja que más subestima la enfermedad”, indicó.
Darle continuidad
Santa Fe recibió 31.080 dosis de Cansino y 3.227 fueron aplicadas en Rosario y Santa Fe con la misma estrategia. En Rosario se continuará este lunes en el barrio 7 de Septiembre y el martes en Cabín 9.
Además de los barrios, el médico indicó que es una herramienta útil “para trabajar en zonas rurales y poblaciones donde difícilmente se pueda garantizar que las personas vuelvan por la segunda dosis”. (La Capital)