Según publicó la página CrossPrensa, la moto fue desarmada y analizada en un taller sanjuanino, con la presencia del padre de 'Wey', Gerónimo Zapata. "La caída no fue por impericia conductiva y menos por la falta del brazo sino por una falla mecánica que podría haber tenido cualquier piloto con cualquier moto", explicaron desde el portal especializado, con el aval de la familia del deportista.
Zapata falleció el domingo 4 de abril durante una competencia de enduro en Córdoba. Una maniobra provocó su caída y dos pilotos que venían detrás no pudieron esquivarlo y lo arrollaron. Las heridas provocadas por este accidente le causaron la muerte, y aunque lo trasladaron rápidamente al hospital, no pudieron salvarle la vida.
El joven se había convertido en un ejemplo de resiliencia después de volver a competir meses después de un gravísimo accidente con su auto que lo dejó sin un brazo. Sobre lo ocurrido el día en que el motociclista perdió la vida, desde el sitio de noticias especializado en estas competiciones afirman ahora que "la moto se cruza tan violentamente porque el motor no se movía".
En ese sentido explicaron que la sospecha está "en una falla en una biela que se cortó y se clavó en la caja de cambios. Fue un accidente inevitable". En el video se escucha decir a uno de los presentes que el pistón "se desintegró".
La familia del deportista respetaba el deseo del joven de seguir compitiendo, a pesar de su discapacidad física. "Era su trabajo, estaba dando cursos, vivía de eso, desde chiquito. Lo amaba de verdad, ponía una sangre terrible. Lo podías ver en lo que hacía con una sola mano, hasta "willy" con una mano", recordó su papá.
Su muerte causó conmoción en el ambiente y en su provincia. A los cientos de mensajes en las redes sociales se sumó uno del gobernador de San Juan, Sergio Uñac: "Estoy absolutamente conmovido con la triste noticia del fallecimiento del motociclista sanjuanino "Wey" Zapata. Mis condolencias a su familia y amigos en este duro momento. Que en paz descanses guerrero! En San Juan te recordaremos como un gran deportista y un enorme luchador", dijo en aquel momento.
A las pocas horas de conocida su muerte los pulmones del sanjuanino, de 23 años, fueron donados a un joven mendocino de su misma edad, que esperaba un trasplante hace 13 años y a quien le salvaron la vida.
"Un guerrero dejó sus pulmones para que los tenga otro guerrero que luchó toda su vida", contaba Brayam, primo del joven trasplantado y agregó: "La mano que perdió Wey en el otro accidente, es la mano que Dios le dio a mi primo para que siga viviendo".