Mientras la pandemia por coronavirus avanza y Europa comienza a habilitar actividades, Sudamérica atraviesa la peor parte de la enfermedad desde el impacto del coronavirus. La situación, claro, es diversa: algunos la tienen mejor controlada, mientras que otros navegan en la incertidumbre e intentan administrar las cuarentenas de diversas maneras. Lo que resulta imposible, en cualquier caso, es evitar mirarse en el espejo del Viejo Continente y añorar el regreso a la vida cotidiana y a las rutinas de antaño. Rutinas entre las que, por supuesto, se encuentra el fútbol.
A pesar de que el peligro pareciera estar lejos de pasar, al menos la mitad de los países del continente ya definieron que la pelota volverá a rodar entre mediados de julio y principios de agosto. Y CONMEBOL decidió poner fecha para el regreso de las copas: septiembre. Argentina, en este sentido, empieza a verse perjudicada. cuanto más se demore en volver a rodar la pelota, más problemas tendrán los planteles.
A la Bundesliga, que se reanudó a mediados de mayo, se sumó LaLiga, la Premier League y la Serie A. Y la Champions League y la Eruopa League volverán en a principios de agosto. No obstante, los futbolistas tuvieron poco tiempo de preparación y, como se vio en Alemania, las condiciones están lejos de ser las ideales para la alta competencia: durante la primera jornada, entre la primera y la segunda división, hubo 14 lesionados y en la mini pretemporada previa hubo otras 18 lesiones musculares, cuatro articulares y una por contusión.
"Hay que tener un montón de factores en cuenta: la edad del jugador, los antecedentes del entrenamiento ... Por más que los profes hayan puesto toda la profesionalidad y la mejor voluntad para organizar los trabajos en las casas, el nivel de performance físico de los jugadores en tres meses se cayó a pedazos ", asegura Sergio Chiarelli, preparador físico que acompaña a Gustavo Alfaro, a <i>Goal.</i>
"Me costó muchísimo volver a entrenar cuando permitieron salir a ejercitarse al aire libre. Los desplazamientos me generaron dolores musculares, en la parte aeróbica noté sensaciones diferentes a las de volver de vacaciones, mucho peor. No llega a ser ni el 60%, es como que tengo una mochila de cinco kilos arriba, vengo arrastrando el trineo ", reveló Sebastián Abreu en una entrevista al diario El Observador , desnudando así las dificultades con las que pueden encontrarse los protagonistas.
"Todo lo conseguido en la pretemporada, y más, se ha perdido. El nivel coordinativo cae muchísimo. La coordinación con la pelota, los niveles de fuerza, de resistencia, de movilidad, de flexibilidad... Todos los valores van cayendo" , explica Chiarelli en ese sentido. "Depende muchísimo de cuánto tiempo le den a los cuerpos técnicos para trabajar. Ese factor es súper importante para volver a jugar después de tres meses sin entrenar profesionalmente. Para volver, como mínimo tienen que entrenar un mes para recuperar lo perdido ", estima. ¿Habrá tiempo suficiente para llegar a tiro a la Libertadores y la Sudamericana? Parece poco probable...
Por otro lado, otra preocupación es la manera en la que se desarrollaran las prácticas: "Con los primeros tests que se hagan, hay que ver de qué manera vuelven y cómo van a entrenar los equipos. En Europa se hace con un jugador por parcela y eso puede complicar también las cosas desde el punto de vista táctico". Habrá que adaptarse, entonces, a una "nueva normalidad" también en el fútbol. Ya nada será lo que fue.