La humildad, tan característica en Pablo Vicó, entrenador de Brown de Adrogué, resalta al contar cómo vive estos días de cuarentena como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
El técnico posee una pieza dentro del club donde vive hace casi 20 años y, desde allí, pasa la cotidianeidad al ser un paciente de riesgo. "Lo único que hago es ir al supermercado que está acá a cuatro cuadras: compro algo para comer y vuelvo", indicó.
"El club tomó todas las precauciones. El lunes suspendieron las actividades, no hay prácticas de Primera ni de los chicos. Se cerraron los portones, no trabajan los empleados del tenis, no hay obreros. Desde el lunes estoy encerrado en la concentración", contó.
El cuarto está confeccionado por un living, un comedor, una sala de análisis de video, un lugar de descanso, una cocina, dos camas una mesa redonda en el medio y un televisor, todo en el mismo ambiente.
"Ojalá tomemos conciencia para poder salir de esto lo antes posible. Es muy triste, no hay nadie. Estoy con los portones cerrados del club. La llave la tengo yo", explicó.
Además, remarcó que "sirve" tener miedo para "darnos cuenta que tenemos que quedarnos en casa". ¿Y qué hace? "Miro videos de partidos, leo un libro. Le esquivo a mirar los noticieros porque te asustan más, pero es inevitable. Cuando te muestran lo que pasa en el mundo digo 'la pucha, es muy feo'. Mi hija me llama enseguida y me dice: '¿Escuchaste lo que dijero, papá?'. Sí, claro que escucho. Pero llega un momento en el que mejor cambiar de canal", admitió.
El Ascenso, al igual que la Primera División y el gran porcentaje del fútbol mundial, se encuentra suspendido por obvias razones.