Huracán volvió a ganar. Fue esta noche, por 1-0 sobre Independiente, para desatar una fiesta en Parque Patricios tras 14 presentaciones de sequía y, en el Rojo, agudizar la malaria futbolística del equipo.
El conjunto de Lucas Pusineri se mostró superior en el primer tiempo, aunque por su escasa convicción sólo pudo generar peligro con un intento de media distancia de Juan Sánchez Miño que ahogó Fernando Pellegrino.
Pero la tendencia se revirtió completamente en el segundo tiempo, al que el Globo de Israel Damonte salió con todo para sembrar la zozobra en el área visitante. Saúl Salcedo tuvo dos, un cabezazo que se fue cerca y un tiro desde afuera que tapó Martín Campaña. La insistencia era tal que el Rojo hasta coqueteó con convertirse en contra. Hasta que, a los siete minutos, Norberto Briasco apareció por derecha y definió a la red cara a cara con Campaña, con un tiro al primer palo.
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El mérito local también fue neutralizar el partido ante un elenco de Avellaneda herido y movedizo, aunque con escasez de variantes. Cerca del final, incluso, Campaña tuvo arduo trabajo ante el ingresado Andrés Chávez en dos oportunidades, y también frente a Agustín Curruhinca. Recién en el final, Alexander Barboza logró crear peligro con un disparo desde afuera, pero sin consecuencias.
El encuentro desembocó así en una victoria tan lógica como festejada por Huracán, en un desahogo que debió esperar cuatro meses. Independiente, en cambio, se hunde en su irregularidad que ya le cuesta cuatro citas sin éxitos.