Como no podía ser de otra manera, un Mundial que se juega en este país debía estar al tope en cuanto a lo tecnológico. Y justamente Japón 2019 es el banco de pruebas para las inéditas repeticiones 3D en el rugby. Se trata de la aplicación de un conjunto de tecnologías ópticas y de sensores que trasladan al espectador al centro de la acción en pleno partido, como si fuera un jugador más, permitiéndole vivir una experiencia única desde el living de su casa.
Canon es la compañía encargada de desarrollar esta tecnología capaz de ofrecer en acción puntos de vista y ángulos imposibles de captar con las cámaras convencionales. Para poder llevarlo adelante se utilizan cámaras de alta resolución instaladas por todos los rincones del estadio. Algunas están fijas y otras, suspendidas en el aire.
Esas cámaras están conectadas y sincronizadas a una red y controladas mediante un software para capturar simultáneamente el partido cubriendo todos los puntos de vista. Luego estas se convierten en datos 3D y se almacenan en servidores.
Después de procesadas todas las imágenes se arma un vídeo en tres dimensiones de alta resolución para lograr ese efecto inmersivo de 360 grados que recuerda a los videojuegos o a la vida real. Así el usuario puede elegir qué punto de vista, ángulo y perspectiva visualizar en una escena pudiendo saltar de un ángulo a otro incluso en "slow motion" ("cámara lenta").
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Este tipo de repeticiones podrán verse en siete partidos. Como ejemplo, un try del neocelandés George Bridge ante los Springboks fue retransmitido con esa tecnología y el espectador pareció "estar" en la cancha junto a los jugadores, atacando junto a los All Blacks y defendiendo con los sudafricanos.
Ahora bien, ¿se trata de una retransmisión deportiva? Porque no son pocos los que opinan que es un videojuego aunque de la vida real. El realismo de los videojuegos de deportes es cada vez más impactante pero el Mundial de rugby ofrece justamente lo contrario: imágenes que parecen dignas de un videojuego en el que se puede cambiar el punto de visión al que el espectador quiera gracias al llamado sistema de Vista libre que inventó la compañía japonesa Canon especializada en productos ópticos y de captura y reproducción de imágenes.
Eso sí, el sistema no es perfecto: para generar datos en tres dimensiones es necesario que todas las cámaras comiencen a grabar exactamente al mismo tiempo. Si sucede un percance y no hay sincronización, la generación no es la adecuada. Otro desafío a tener en cuenta es la enorme cantidad de datos generados a alta definición y su procesamiento.
Probado por primera vez en un partido de fútbol de la Primera división japonesa en 2016, este sistema de vídeo podrá verse sólo en siete partidos mundialistas: los que se jueguen en Yokohama (el citado de Nueva Zelanda-Sudáfrica, Escocia-Irlanda -también ya jugado-, Francia-Inglaterra, las dos semifinales y la final del 2 de noviembre). Pero ¿por qué sólo los que se jugaron y jugarán en ese estadio? Simple: porque es el único que cuenta con la infraestructura adecuada.