Los piedrazos que sufrió Boca en las inmediaciones de la cancha de River, en la final de la Copa Libertadores del año pasado, llevaron a la dirigencia de la institución Xeneize a tomar una medida de prevención. Aquella vez, Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo terminaron con los ojos lastimados. Fue un antes y un después tan grave que llevó a que el partido se terminara disputando en Madrid.
Para cuidar a su plantel, Boca mandó a blindar el micro, que ahora cuenta con cristales hechos exclusivamente para resistir los ataques vandálicos que se puedan llegar a dar. La fortaleza del material con el que lo fabricaron es tal que puede soportar duros golpes, incluso con piedras u objetos más contundentes.