La nueva AFA no tiene nada de nueva. O muy poco. Sigue con los viejos vicios y fallas. Como la que se produjo por una desinformación y mala comunicación con el cierre del mercado de pases.
El jueves pasado -un día antes del regreso de la Superliga- cerró el libro de transferencias, pero los clubes tuvieron una semana más para negociar con aquellos jugadores que pudieron inscribir, algo que en un principio se había dicho que no iba a ocurrir más.
Ahora, cuando quedaban minutos para que se cumpla el plazo, la AFA dio a conocer que hay todavía siete días más para negociar, pero sólo con los clubes extranjeros. Y estalló la polémica.
Porque los únicos dos casos que cumplen este requisito es el del mediocampista Carlos Benavídez -un chico de 19 años de Defensor Sporting que interesa en Independiente- y el de Gustavo Gómez, el central del Milan que desvela a Guillermo Barros Schelotto para Boca y que ya tuvo varias idas y vueltas.
El clima se puso complicado en la sede de la calle Viamonte, porque muchas instituciones se quejaron de un supuesto favor para el Xeneize, que sigue en conversaciones con el equipo italiano pero no se ponen de acuerdo. El caso de Benavídez es diferente, ya que el Rojo lo compraría como una apuesta a futuro y no como una obsesión del entrenador para ser titular.
Además, en las redes sociales los hinchas se quejaron por el supuesto guiño para estos dos equipos, de los que son hinchas el presidente de la AFA (Chiqui Tapia, de Boca) y el vicepresidente (Hugo Moyano, de Independiente).
Pero el problema es que la página de la FIFA dice claramente que la ventana de Argentina para realizar compra y venta de jugadores cierra el 7 de febrero, y eso no se modificó recientemente. Es decir que esta fecha fue siempre la final pero no fue comunicada por la AFA. Que de nueva tiene poco y nada.
