Para los amantes del fútbol no hay nada mejor que ir a la cancha. Seguirlo a todos lados. De local y de visitante. Por eso, el anunció de Chiqui Tapia sobre la vuelta del público vistante después del mundial puso muy contento a los hinchas. Sin embargo, no es tan fácil. Los hechos de violencia, vinculados a las barras bravas, son moneda corriente en el fútbol argentino e imposibilitan que se garantice la seguridad a la hora de ver fútbol.
Según anunció Juan Manuel Lugones, titular del Aprevide, en el verano habrá una prueba de fuego. En diálogo con <i>TN</i> anunció que los clásico que se jueguen en la ciudad de Mar del Plata serán con público visitante. Huracán-San Lorenzo, Racing-Independiente y Boca-River, serán algunos de los partidos que contarán con público de ambas hinchadas.
Lugones también hizo hincapié en que en estos dos años, el Gobierno hizo mucho para mantener a los violentos alejados de las canchas. Aseguró que 538 barras tienen prohibido el ingreso a los estadios de fútbol y que muchos de ellos están presos.
Por otro lado explicó que "los dirigentes de los clubes chicos quieren la vuelta de los visitantes para incrementar sus ingresos".