De esta forma, además, se cristaliza un cambio histórico respecto a las estructuras de poder en el fútbol argentino, ya que la Primera División se emancipará por fuera de las decisiones que se tomen en Viamonte.
Es cierto que, administrativamente, la AFA "prestará" los diferentes Tribunales, la Oficina de Jugadores y los árbitros, y recibirá $ 14 millones mensuales, aunque esa cifra se ajustará.
Además de ese dinero, la AFA recibirá el 18 % de todos los ingresos netos que tenga la Superliga, incluyendo desde los derechos audiovisuales hasta el naming del torneo, entre otros.
La rúbrica de este entendimiento es clave también porque destraba el pago mensual que deben hacer las empresas "Fox" y "Turner" a los clubes por los derechos audiovisuales.
Esa cuota debía abonarse el 10 de julio, pero no fue depositada justamente porque la firma de este convenio era una condición en la mesa de negociación con los nuevos encargados de televisar el fútbol.
La inyección económica que representará para los clubes recibir ese monto de dinero permitiría, en principio, que ordenen las deudas con los planteles y se garantice el inicio del torneo, que fue puesto en duda por el secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), Sergio Marchi.
Otros detalles del convenio marcan que la Superliga se va a hacer cargo de todos los gastos de los 28 equipos de Primera Divisón, tanto del plantel superior, como de la Reserva y las categorías interiores.
La Superliga, a través de este convenio, es la organizadora del torneo, por lo que el fixture dependerá de ella y ya avisó que pretende tener un calendario previsor.
En este contexto, un punto no menor, es que el convenio tiene un capítulo específico respecto al Fair Play financiero y también refiere a las licencias que tiene para aprobar o no los presupuestos de los clubes.