El fútbol argentino demostró repetidas veces estar manchado por una rivalidad extrema entre los clubes que se enfrentan, en donde solo importa ganar y el rival hasta llega a ser considerado un enemigo.
Sin embargo, las categorías 2003 de River y Boca demostraron que no todo está perdido con un gesto destacable. En un cruce de semifinales que disputaron, los chicos del Millonario se impusieron por penales y accedieron a la final, pero procedieron de una manera particular: antes de festejar entre ellos, algunos jugadores se dirigieron a sus pares del Xeneize para abrazarlos y consolarlos.
Así, la rivalidad dejó de ser tal y el lado genuino del deporte, aquel que lo apunta como un juego y lo refleja con valores, quedó evidenciado con una expresión que debería ser ejemplo para el futuro. Con 12 y 13 años, los chicos demostraron que no todo está perdido.
<blockquote class="twitter-tweet" data-lang="es"><p lang="es" dir="ltr">Ganó River. Aldo Rimbeletti, consuela a un chico de Boca. Bien por el, por el cuerpo técnico y por todo River. <a href="https://t.co/RfiqbtyQKJ">pic.twitter.com/RfiqbtyQKJ</a></p>— Fernando Guarini (@FernandoGuarini) <a href="https://twitter.com/FernandoGuarini/status/795755868721741824">7 de noviembre de 2016</a></blockquote>
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