Estados Unidos terminó de demostrar toda su superioridad en la final de los Juegos Olímpicos de Río 2016, en la final ante Serbia con una victoria sumamente contundente por 96-66. Este choque revalidó la final del Mundial 2014 en España donde los balcánicos cayeron por 129-92.
En el primer cuarto (15-19), los dirigidos por Aleksandar Djordjevic controlaron el ritmo del partido apoyándose en su ferrea defensa, pero los norteamericanos doblegaron los tableros (8 a 18 los rebotes en ese lapso) y esto les permitió -aún jugando mal- adelantarse en el marcador.
Sin embargo, los de Mike Krzyzewski no iban a tardar en reaccionar. Y en el segundo (14-33) con Kevin Durant (24 al descanso, 30 en total) como líder absoluto lograrían, no solo destrabar el encuentro, sino irse al entretiempo con una ventaja de 23.
Los primeros minutos del tercer cuarto suelen marcar la dinámica del desenlace, y el Dream Team se ocupó de que su rival -ya golpeado- no se levante (14-27). El último parcial era totalmente innecesario (23-17), la máximo llegó a ser de 41 y el oro quedó en manos del mejor equipo. Indiscutidos.