El experimentado entrenador brindó una extensa entrevista con el sitio especializado <i>Básquet Plus</i> y, ya con cierta frialdad y tranquilidad, realizó un balance de lo que sucedió con la caída del Centro Juventud al Torneo Nacional de Ascenso.
- Ya algunos días después de que se concretó el descenso, que análisis hacés de lo que sucedió.
. El análisis empieza porque llegué en un momento complicado, pensando que era una crisis de juego, pero había más cosas. Más allá de la crisis de juego, había dos temas: la estructura del equipo y la perdida de la confianza. Cuesta muchísimo recuperarlo eso. El equipo estaba como en una zona de conformidad, en el sentido de que perdía y no podía salir. Trabajamos muchísimos todos, pero la inercia de la situación terminó pudiendo más que el poco tiempo que tuve de trabajo.
- ¿Terminan pesando más esas cuestiones de confianza, que lo basquetbolístico en estos casos?
. Son cosas que hacen a la dinámica del grupo. La pérdida de confianza hace que baje el rendimiento y para elevarlo tenés que recuperar a uno y colectivamente. Es lo más difícil de reconstruir. Dentro de lo que le llamo cierta zona de confort, se buscó reaccionar y por momentos se hizo, pero no lo pudimos sostener. Perdimos varios partidos ahí en las últimas dos o tres posesiones. Ganamos algunos juegos importantes, pero después perdimos otros. A veces el equipo no sabía cómo hacer para ganar.
- ¿Y en lo deportivo, en qué sentis que fallaron?
. En cuanto a la estructura hubo varios problemas, pero creo que todo comienza en la base. García no es un base natural, sino que es un guardia. Y jugó de base. Sandrini tiene talento, pero tampoco está para cargarse con una situación así. La falta de liderazgo y conducción de juego fue otra de las falencias. El plantel no tenía ese líder, ni en la base pero tampoco en otro jugador. Ni desde el juego, ni desde el caracter. Conmigo los jugadores trabajaron muchísimo, pero a eso hay que sumarle lesiones y la inercia de la situación, que hizo que hubiera momentos que todo pesara muchísimo.
- ¿Hay cierto sentimiento de arrepentimiento de haber tomado el equipo, o esas no son cosas que te pasan por la cabeza?
. Y, pasa por mi cabeza. No me arrepiento, pero no quiere decir que no lo haya pensado. No estoy arrepentido, pero hay momentos en que lo pienso. Cuando tomé Sionista, elegí por la organización, la seriedad y porque en el cuerpo técnico había algunos chicos formados conmigo. Fueron los puntos fuertes que me decidieron. Lo que pasa es que mi lectura fue pensando en una crisis de juego, que en realidad llegó por una crisis de confianza, más la estructura y las lesiones. Cuando llegué teníamos cinco lesionados. Entre recuperar eso, la confianza y dejar al equipo 100%, el tiempo era realmente muy poco.
- ¿Te diste cuenta rápido que este podía ser el desenlace?
. Yo me di cuenta rápido que íbamos a jugar el playout. Me di cuenta al cuarto o quinto partido. Porque había jugadores con un rendimiento bajo, además estaban lesionados Hure y Giorgi, que faltaron a varios partidos. Después al conocer por dentro al equipo, me di cuenta por ejemplo que García no era un base natural. Ahí la lesión de Pau me lleva a traer un dos americano, pasando Goldenberg y Jasen a jugar de tres. Ya ahí era otro equipo, otro potencial. Siempre pensábamos que faltaba, pero eventualmente llegás a la situación. Si bien la pude sostener en algunas cosas, la inercia pesaba muchísimo.
- ¿Cómo fue la preparación para jugar por la Permanencia? Imagino que no habrán sido días nada sencillos.
. Trabajamos muchísimo. Incluso hice cuestiones extra-deportivas: fuimos a jugar al paintball, cantamos karaoke, clases de yoga... cuestiones de integración y buscando esa interacción. Cambiamos los horarios de entrenamientos, hicimos sesiones de videos individuales, sesiones de video colectivas. Fuimos a Buenos Aires, sacamos un partido, pero después no lo pudimos sostener acá en Paraná. Fue la constante del equipo durante toda la temporada. Me da pena que esto le pase a una organización como la de Sionista, pero había momentos en los que no se podía hacer más desde lo personal. Me identifiqué mucho con el club. Siempre soy de tomar compromisos y acá también lo tomé al 100%.
- ¿Cómo sigue tu historia ahora?, ¿tenés alguna chance firme para tomar o todavía es muy temprano?
. Di una clínica en Zárate y ahora me voy a Comodoro, que soy el padrino de una escuela de mini básquet. Después voy al clinic de ENEBA en San Luis. En julio voy a dar otro en Colombia y después esperar a ver si puedo trabajar. Mi idea sería quedarme en Argentina. Yo radico en Paraná y ya me gustaría trabajar acá. Pero bueno, en esta profesión pocas veces tenés certezas de dónde vas a trabajar.
- ¿Con Sionista hablaste algo?
. Sionista se va a tomar un tiempo para ver si juegan TNA. Es lo que está hablado con Svetliza. Van a ver si juegan o no, y si lo hacen, lo van a hacer seriamente.