Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay empató ayer sin tantos ante Unión de Sunchales y dejó pasar una gran chances de ingresar en la Fase Campeonato de los equipos que buscarán un ascenso en el Torneo Federal A. El Lobo quedó con 26 unidades, a dos de Chaco For Ever, que en la próxima fecha será local ante Libertad, mientras que el Lobo viajará a Corrientes para visitar a Textil Mandiyú, al que deberá vencer y esperar que los chaqueños no sumen. Para que haya merecimientos en el fútbol, hay que buscarlos. Hay que salir desde el vamos con autoridad, a ganar los encuentros, a pelearlos, a lograr que la pelota ronde más en el área rival que en la propia. Y ayer, Gimnasia hizo poco de eso, desde el armado mismo del equipo. Poco se entiende eso de jugar con dos delanteros que van por afuera ?Prost y Musico- y dejar sentados en el banco a los dos nueve de área.
Es cierto que el rival juega, pero ayer se sabía que Unión llegaba clasificado y lo haría a media máquina. Y así fue. Con ese panorama, con todo ya tirado en la cancha, el partido fue una mueca dolorosa para los ojos de los estoicos hinchas. Mal jugado, con la globa más en el aire que en el piso, con roces innecesarios. Pareció que el fútbol se había instalado en una de las tribunas del Núñez y miraba, desde ahí, como jugaban sin él allá abajo. Gimnasia, que debía hacer el gasto para quedarse con la victoria, llegaba poco. Dependió de las corridas de Prost y Musico que no prosperaban contra una línea defensiva bien planteada de Unión, ayudada por la ausencia de un nueve en el área, que salte, que moleste.
Que esté. Nada de nada. Unión se dedicó a hacer correr la pelota para que pasen los minutos. Ya clasificado, el partido le sonaba a estorbo. Cuidó piernas y físico. Llegó por abajo un par de veces para confirmar el buen momento de Góngora en el arco del Lobo. Nada más. En el segundo tiempo apareció la lluvia, que le puso emoción porque posibilitaría algún error, algún mal pique. Pero ni eso apareció. Ya con Sosa y Quiroga (los dos delanteros que se sentaron en el banco gran parte del partido) dentro de la cancha, Gimnasia metió centros que no prosperaron. Todo languideció penosamente. La lluvia intentó lavar todas las heridas al fútbol, que se sacudió allá arriba y se fue, pensando acaso que estaría bueno que alguna vez lo llamen para jugar con él. (Uno)