Ayer a la mañana, en la sala de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú e Islas, se reanudó el juicio unipersonal a cargo del doctor Mauricio Derudi, por el cual se la imputa a la tarotista Alejandra Atum, haber estafado a Gabriela Fernández. La supuesta víctima había denunciado ante la fiscalía que Atum le solicitó 50 mil pesos para evitar que un grupo de personas "le vinieran a cortar las manos y la lengua a su hermano", por querer cobrar una deuda, que había contraído la madre de Gabriela.
Rosalía Delia Abelleyra de 76 años, madre de Gabriela Fernández fue encontrada en el baño de su casa de calle Luis N. Palma 418, en octubre del año pasado por uno de sus hijos. La mujer tenía signos de haber recibido fuertes golpes, estaba maniatada de pies y manos y se encontraba al menos dos días en esa situación, aunque bien fue encontrada con vida, al poco tiempo de ser hospitalizada falleció por su avanzado estado de deshidratación.
Debido a la conmoción que le suscitó a Gabriela y a toda su familia, la muerte de su madre, en ese momento de vulnerabilidad emocional, había requerido los servicios de la "vidente" Alejandra Atum, para determinar si la mujer con supuestos poderes paranormales, podía decirle quién había matado a su madre.
No obstante la fiscalía intentó probar que la tarotista había asistido a Gabriela en varias oportunidades, en la cual en una de las citas, Alejandra habría asistido al domicilio de "su clienta" para hacer una "curación" y limpiar la casa de "malos espíritus" y en gratitud, Gabriela y su hermana declararon haberle regalado una costosa cartera Ricky Sarkany y un valioso collar, dado que la tarotista, no solo había espantado los malos espíritus de la casa de Fernández sino que les había dicho a través de sus poderes extrasensoriales "quién había sido la persona que había asesinado a su madre".
En la segunda jornada del juicio que comenzó el martes con la declaración de seis testigos y cuya sentencia se dará a conocer el 18 de junio al mediodía, ayer declaró una oficial perito técnica de la división de Criminalística de la Jefatura local, quien realizó el peritaje de los menajes de texto en el buzón de entrada del teléfono de la imputada.
El celular había sido sustraído en el allanamiento que se realizó en la casa de Atum de calle Robles al 1400, el pasado 26 de marzo en el cual dio negativo en cuanto a la existencia de dólares u otros objetos que pudieran incriminarla, según la defensa de la tarotista, representada por la doctora Amelia Angerosa.
En ese peritaje, el coordinador de Fiscales Lisandro Beherán quien realizó la investigación penal preparatoria, intentó determinar si Alejandra se ganaba la vida a través de sus servicios como tarotista, y de acuerdo al informe del perito que declaró ayer, había indicios de que Alejandra prestaba servicio de "curaciones" a otros clientes a quienes también le habría pedido dinero por sus servicios.
Tras la declaración del último testigo, se abrieron los alegatos, en la cual el fiscal Beherán solicitó una pena de 3 años y 6 meses para Atum, al determinar que "el hecho es de carácter doloso y hay un engaño", que condujo a la víctima al miedo y "fue el miedo el que le hizo cometer el error", dijo el fiscal.
"No hubo amenazas sino una puesta en escena para que la víctima incurriera en un error", agregó al referirse a los hechos que acontecieron entre el 19 y 20 de marzo, en donde Gabriela le dio una suma de 4.050 dólares y 300 pesos para que intercediera ante las personas que querían hacerle daño a su hermano, por una supuesta deuda que habría contraído su madre.
Fernández, "le dio todos sus ahorros a Atum y tuvo que luego pedir dinero para poder comer", agregó Beherán.
Luego amigos y familiares de la víctima interrogaron a la tarotista sobre qué había hecho con el dinero y ésta le dijo según revela la investigación de fiscalía "que le había llevado el dinero a unas personas al paso fronterizo", para que dejaran en paz a su familia.
Fue allí que el hermano de la víctima, que es abogado, le sugirió que hiciera la denuncia ante la fiscalía el 25 de marzo pasado.
Al término de su alegato, el fiscal solicitó una pena de 3 años y seis meses de prisión efectiva y le pidió al presidente del tribunal, Mauricio Derudi, que no se tuviera en cuenta una probation, al tener en cuenta la edad y la cultura de la imputada, la "personalidad moral" y porque la "estafa reviste un carácter excepcional y merece una pena acorde a dicha gravedad".
En tanto destacó en la instancia de reparación que es un espacio de acuerdo a lo que contempla el nuevo Código Procesal Penal, en casos como estos, permitiendo mediante un pago de dinero del victimario a la víctima frenar la investigación penal.
"Atum le ofreció a la víctima como reparación por el daño que le había hecho 700 pesos. Cuánto son 700 pesos si lo comparamos con el valor del dólar, apenas llegamos a 80 dólares", sostuvo.
La defensa
En tanto la defensa pidió la nulidad de la pericia realizada por la oficial de policía al celular de la imputada por "no ajustarse a los normas y protocolos de las pericia".
La doctora Angerosa manifestó que "esta defensa tiene elementos para bajar todas las acusaciones hechas a mi defendida" por ser "testigos de versiones".
"Conforme a todos los hechos y circunstancias que hemos escuchado en el debate, las pruebas que fueron incorporadas y las que fueron producidas, ahora fueron resumidas en un solo hecho por el Ministerio Público Fiscal. Hay hechos que no se encuentras corroborados por prueba directa alguna, se encuentran todos impregnados por una maldita negligencia, de una falta de diligencia, precaución e inadmisible ingenuidad de la denunciante".
Al final de su alegato la doctora Angerosa pidió la "absolución por el beneficio de la duda" a su defendida. El juez le preguntó luego a la imputada si iba a decir algunas palabras, Alejandra tomo el micrófono y dijo: "Soy inocente y quiero que me devuelvan mi teléfono".