El banco británico HSBC, afectado por numerosos escándalos en todo el mundo, anunció el martes que suprimirá 50.000 empleos como parte de una reestructuración que incluye la venta de sus actividades en Brasil y Turquía.
El director general de HSBC, Stuart Gulliver, expuso este martes el plan del banco durante una presentación a los inversores en Londres en la que habló de un cambio "significativo".
"Reconocemos que el mundo ha cambiado y necesitamos cambiar con él. Por eso presentamos diez medidas estratégicas que transformarán todavía más nuestra organización", aseguró, antes de detallarlas.
HSBC prevé por un lado eliminar alrededor de 10% de sus efectivos, hasta 25.000 empleos, según un plan publicado en su sitio internet, y otros 25.000 empleos debido a la cesión de sus actividades en Turquía y Brasil.
HSBC emplea a más de 21.000 personas en Brasil y tiene más de 850 agencias en el país sudamericano. Todo ello quedará reducido a "una presencia para atender las necesidades internacionales de los grandes clientes corporativos".
HSBC cerrará en el mundo sucursales, acelerará la desmaterialización de las transacciones y deslocalizará miles de puestos de trabajo a países "de bajo coste y alta calidad" de mano de obra, indicó el banco.
Esta decisión se enmarca en el objetivo de "reducir los costes en entre 4.500 y 5.000 millones de dólares anuales de aquí a 2017", según una nota enviada a la Bolsa de Hong Kong.
Acechado por los escándalos
El mayor banco de Europa sufrió una caída de 15% de sus beneficios netos en 2014 por culpa principalmente de las multas colosales de miles de millones de dólares que tuvo que afrontar por irregularidades varias, sobre todo en Reino Unido y Estados Unidos.
El más sonado de los escándalos con los que se ha relacionado fue bautizado como "Swissleaks" y consistió en el uso de su filial suiza por miles y miles de clientes, entre ellos muchas personalidades, para evadir impuestos en sus países.
El caso estalló a finales de 2008 cuando el exempleado de HSBC Hervé Falciani entregó ficheros informáticos de la filial suiza a las autoridades francesas, que la compartieron con varios países que abrieron a su vez sus propias investigaciones y que podrían acabar juzgando al banco, como hará Francia.
Antes, en 2012, el banco tuvo que pagar una multa de casi 2.000 millones de dólares en Estados Unidos por haber permitido transferencias de clientes presuntamente vinculados al narcotráfico en México y el terrorismo en Medio Oriente.
Volver a Hong Kong
Otro de los anuncios de este martes es que HSBC quiere "acelerar sus inversiones en Asia", en particular en el sur de China y en el sudeste de Asia "para captar oportunidades de crecimiento futuro y adaptarse a las evoluciones estructurales" del mercado bancario, subrayó el grupo.
Gulliver anunció que a finales de 2015 habrán completado su análisis sobre su sede, que podría suponer el regreso a Hong Kong tras unos años en Londres, en Canary Wharf.
El endurecimiento de las regulaciones bancarias en el Reino Unido podría aconsejar el traslado, admitió en abril la institución.
"No hay futuro para los grandes bancos internacionales en Europa
y Estados Unidos, da igual lo que recorten" en gastos, dijo a la AFP el analista financiero Francis Lun.
Los gobiernos de esas dos regiones "sufrieron grandes perdidas durante el tsunami financiero y quieren desquitarse con los bancos", añadió.
HSBC fue fundado en 1865 en Hong Kong por el escocés Thomas Sutherland como Hong Kong & Shanghai Banking Corporation para financiar el comercio en Extremo Oriente, que entonces tenía en el opio una de sus principales fuentes de riqueza.