Pedro Iarley jugó apenas una temporada en Boca, pero dejó un gran recuerdo. No sólo por integrar el equipo que fue campeón del mundo, sino porque en su debut en el superclásico se dio el gran gusto de marcarle a River en el Monumental, en el 2-0 del 2003. En la previa del encuentro de este fin de semana, el ex delantero recordó ese clásico y sus sensaciones. "Ese partido fue fundamental para mí. Porque era un brasileño con la diez de Boca y tenía que demostrar, y estos partidos te marcan", afirmó. Y agregó: "Yo soñaba el gol que fuera, hasta con el hombro. Quería hacerlo y fue de los más lindos que hice. Fue una gran felicidad".
Además, se refirió a cómo se vive la previa y no dudó en afirmar que es algo único. "Al ser un país más chico que Brasil se vive diferente, esa semana noté algo distinto. El portero, la gente, era otro clima. Yo me preguntaba qué pasaba. Encima, Schiavi y el Pato, dos grandes amigos, me metieron presión toda la semana, diciéndome que tenía que hacer un gol. Y yo trataba de estar tranquilo porque me gusta jugar esos partidos", señaló. Y aseguró que su tanto al Millo fue un antes y un después: "Después del gol todo cambió, no podia salir a la calle. Todo mejoró, estaba como a prueba y desde ahí estuve en el corazón de la gente".
En relación a los duelos que se vienen, el brasileño sostuvo que ambos equipos juegan muy parecido y que sus entrenadores tienen una idea similar. Pero aclaró que ve mejor a los de Arruabarrena y dio su pálpito. "Serán partidos complicados, pero Boca vive un mejor momento. El domingo gana 1 a 0 con gol de Osvaldo y por la Copa empatará sin goles en el Monumental y ganará en casa 2-0. El triunfo puede llevarlo a la final de la Libertadores. Si ganan estarán muy fuertes", sentenció.