El plantel de River llegó esta mañana a Buenos Aires, tras un largo viaje que duró más de 13 horas. Lo insólito fue que Lucas Boyé se tuvo que quedar en México ya que no lo dejaron subirse al avión.
El delantero perdió su tarjeta de migración, por lo que no lo dejaron abordar. Pagó la multa correspondiente y cuando volvió para subirse, se encontró con el vuelo cerrado. La compañía aérea, AeroMéxico, no lo dejó sumarse y la delegación millonaria explotó de bronca.
Así Boyé se quedó en México con algunos empleados del club, los encargados de la logística de los viajes. Recién se subirá en la mañana de México y llegará esta noche al país.
En Ezeiza, sólo hablaron algunos jugadores. "Hay que ganar y esperar el resultado de ellos, es la que nos queda", declaró Gonzalo Martínez. "Esos dos goles que hicimos nos renovaron la ilusión, demostramos que este grupo se hace fuerte en las difíciles", djio Ariel Rojas sobre el presente del millonario en la Copa Libertadores.
El plantel tendrá el día libre y regresará a los entrenamientos mañana, para jugar el domingo contra Argentinos, a las 21.30, en la Paternal.