Precaución. Esa es la premisa en la que se basó Rodolfo Arruabarrena para liberar del entrenamiento a Andrés Chávez, uno de sus jugadores más importantes, por la contractura que acarrea en los isquiotibiales de la pierna derecha.
El delantero venía entrenándose de manera diferenciada debido a esta molestia y ante su partida del predio de Casa Amarilla de esta mañana, su presencia ante River mañana pasa a estar seriamente en duda. De todos modos, el Vasco piensa esperarlo hasta último momento y recién ahí decidir si lo manda a la cancha o si apela a Emmanuel Gigliotti, su reemplazante en el entrenamiento de hoy.
La evolución de Chávez era, a priori, una de las mayores preocupaciones del cuerpo técnico xeneize de cara a la revancha de las semifinales de la Copa Sudamericana, y por ahora no tiene solución. Donde sí encontró una respuesta Arruabarrena fue en el mediocampo, donde finalmente Federico Carrizo parece haberle ganado la pulseada a José Fuenzalida, con la particularidad de que el Pachi jugaría algo más retrasado que de costumbre para armar una línea de cuatro volantes.
Planteada esta nueva incertidumbre pero aclarada la otra, el equipo que iría al Monumental sería: Agustín Orion; Leandro Marín, Juan Forlín, Daniel Díaz, Nicolás Colazo; Carrizo, Cristian Erbes, Fernando Gago, Marcelo Meli; Jonathan Calleri y Chávez o Gigliotti.