Para todos los amantes del morbo, se viene otro Boca-River. Después de aquél superclásico bajo la lluvia a principios de octubre por el torneo local que terminó con empate y polémicas, dentro de quince días habrá revancha. Además, necesariamente, alguien saldrá victorioso a diferencia de la última vez. Es decir que habrá cargadas, esos afiches que tanto disfrutan los neutrales.
La primera de las citas será el jueves 20 de noviembre en el estadio Alberto J. Armando, donde un Boca que viene alicaído después de un semestre tormentoso recibirá al todopoderoso River Plate que parece condenado al éxito. El Xeneize espera sacar a relucir su estirpe copera que es, hoy, su principal arma para soñar con dar una nueva vuelta olímpica a nivel continental.
Argumentos futbolísticos no le sobran al elenco del Vasco Arruabareana, de lucirse poco y nada. Accedió a la semifinal tras eliminar a Cerro Porteño ganándole en La Bombonera por la mínima diferencia, sufriendo casi tanto como en la serie anterior con el ignoto Capiatá, pero se repuso en Paraguay con un categórico 4-1 que se destrabó cuando la noche estaba más para un triunfo local que visitante mientras la chapa estaba igualada en uno: un poco de fortuna permitió el segundo tanto, y luego la desesperación local facilitó las cosas al elenco argentino.
Del otro lado del cuadro aparece la sensación del fútbol local. El equipo de Gallardo llega afilado desde Núñez, puntero indiscutido en el fútbol local y con la creencia de saberse superior a sus rivales. Es, a priori, el principal candidato a quedarse con la serie.
Muchos quisieron bajarlo, ninguno pudo. A veces logra imponerse desde el comienzo, otras le toca revertir una noche que empieza con el pie izquierdo como ocurrió en el primero de los cruces ante Estudiantes cuando comenzó debajo en el marcador y se repuso con autoridad para terminar ganando por 2-1. Historia reciente a la que hoy le sumó otro capítulo.
Recibió a los platenses con un gol a los 40 segundos, después el Pincha repuntó e incluso pasó a ganar, pero lejos de caerse los de Núñez potenciaron su rendimiento hasta conseguir ponerse nuevamente adelante en el marcador para llegar de la mejor manera a los superclásicos que se vienen en búsqueda de un lugar a la final.