Con una orden del juez Federal de Paraná Gustavo Zonis, policías de Concordia fueron a última hora del martes a una casa de calle Güemes, entre La Paz y Nogoyá, en barrio Pompeya de esa ciudad a buscar a uno de los dos prófugos en la causa iniciada por el hallazgo de una cocina de cocaína, ocurrido la semana pasada en un campo ubicado en calle Walter Grand al final, en la zona del Acceso Norte de Paraná.
Buscaban a un hombre de 61 años de apellido Sterz, oriundo de Concordia, pero que desde hace varios años está radicado en Paraná y es sindicado como uno de los presuntos responsables del laboratorio clandestino donde se secuestraron unos 30 kilos de pasta base y más de 20 de cocaína pura, además de varios químicos utilizados para producir y adulterar clorhidrato, informaron fuentes policiales.
Al llegar a la vivienda, donde además funciona un quiosco, los policías advirtieron que adentro había personas y que trababan puertas y ventanas para evitar el ingreso de los efectivos. Con barretas, rompieron la puerta principal y accedieron al interior de la finca, donde encontraron a dos hombres. El perro adiestrado para buscar estupefacientes marcó un dormitorio, pero no encontraron nada. Después apuntó al baño, y en su interior hallaron un tiza de cocaína envuelta en nylon, flotando en el agua del inodoro. La Policía de Concordia sospecha que los hombres les impidieron el paso para ganar tiempo y deshacerse de la droga, arrojándola a la cloaca, pero el envoltorio de la tiza impidió la operación, al menos con ese trozo de clorhidrato.
Después, revisando el quiosco encontraron seis cebollines de cocaína disimulados entre los caramelos ubicados en un mueble de exhibición de golosinas. También encontraron cucharas dosificadoras, ralladores, nylon trozado y otros elementos que dan la pauta de que en el lugar habría sido estirada y fraccionada la coca, detallaron fuentes de la investigación.
Los dos habitantes de la casa –un ex cuñado de Sterz, de apellido Pila y su hijo mayor de edad–, quedaron a disposición del Juzgado Federal de Paraná, para determinar si están relacionados con el procedimiento realizado el miércoles en el Acceso Norte.
Mientras tanto, en la causa judicial sigue rigiendo el secreto de sumario y sólo trascendió que el titular de la casa quinta ubicada en el campo donde se encontró la cocaína, el contador Vicente Bioletti, presentó un escrito al juez con su descargo, a través de su abogado, Jorge Adrián Luján.
Ayer, tanto Bioletti como el encargado del campo, de apellido Palavecino, fueron trasladados al Juzgado Federal a la mañana para realizar diversas diligencias.
De los otros dos hombres que tienen pedido de captura –Sterz y un hombre de apellido Luna–, todavía no hay novedades. Si bien a fines de la semana pasada se especulaba con que Sterz se presentara espontáneamente ante el juez Zonis, el hombre no aparece. Los policías de Concordia lo buscaron en su ciudad, donde tiene un hijo, que permanece internado desde hace algún tiempo internado en la sala 8 del hospital Felipe Heras –un pabellón de personas en tratamiento psiquiátrico–, debido a un serio problema con las adicciones.
El hombre –que sería uno de los máximos responsables de la cocina de drogas, y posiblemente lugarteniente de un traficante de la ciudad al cual la Policía le atribuye la propiedad del laboratorio – había tomado contacto con un conocido abogado penalista de Paraná a través de una hija radicada en Paraná (que también fue investigada en una causa por tráfico hace más de una década). La idea habría sido la de presentarse ante el juez y ponerse a su disposición. Pero la detención y el trasladado a la Unidad Penal del dueño del campo y el encargado, habría hecho cambiar de parecer, al menos por ahora, a “el Viejo” Sterz, publica El Diario.
