Un buque de carga procedente de Nigeria atracó este lunes en el puerto de General Lagos, al sur de Rosario, con el cadáver de un tripulante a bordo. El hombre, de nacionalidad filipina y 47 años, había fallecido el 25 de diciembre pasado en alta mar, aparentemente a causa de un infarto. El capitán de la embarcación informó del fallecimiento a la agencia marítima que representa al barco en Argentina, cuando la nave aún se encontraba en pleno trayecto hacia la provincia de Santa Fe.
El barco, denominado African Magnolia, llegó al puerto alrededor de las 18 horas con el objetivo de cargar harina de soja. En ese momento, personal de la Prefectura Naval de Arroyo Seco ya estaba al tanto del suceso, tras recibir la notificación de la misma agencia marítima. Asimismo, la Fiscalía Federal de Rosario había sido informada sobre el caso.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que el tripulante fallecido había sido encontrado sin vida en su camarote el 25 de diciembre, en circunstancias que sugieren un infarto como causa del deceso. A partir de allí, la Prefectura Naval, bajo la supervisión de la Fiscalía a cargo de Javier Arzubi Calvo y la fiscal coadyuvante María Virginia Sosa, verificó que el resto de la tripulación –unos 20 marineros– cumpliera con los protocolos correspondientes para la preservación del cuerpo en casos de muertes en alta mar.
Además, se coordinó un proceso de desinfección de la embarcación, conforme a las normativas de la Unidad Sanidad de Fronteras del Ministerio de Salud de la Nación. Una vez cumplidos estos procedimientos, la Fiscalía autorizó el traslado del cadáver al Instituto Médico Legal, a cargo de los Bomberos Zapadores de Rosario.
African Magnolia, un barco de bandera liberiana, llegó a General Lagos tras haber partido de Nigeria. Su carga de harina de soja tiene como destino final la República del Congo, en África.
De acuerdo con fuentes oficiales, la tripulación fue sometida a chequeos médicos para descartar cualquier posible riesgo de contagio de enfermedades, como el ébola. Ninguno de los marineros presentó síntomas sospechosos, tales como fiebre, diarrea o vómitos. Además, el cadáver fue debidamente conservado en las cámaras frigoríficas del barco durante todo el trayecto. (La Capital)