Las fiestas en Argentina y en el mundo suelen estar acompañadas por el uso de pirotecnia, aunque en los últimos años la concientización redujo su empleo. Sin embargo, esta práctica sigue generando malestar en los animales debido a su sensibilidad auditiva superior a la de los humanos. A ello se suma la sorpresa que los estruendos provocan, lo que puede desencadenar estados de pánico intensos.
El médico veterinario Juan Enrique Romero (Matrícula Provincial N°2132 y Nacional N°3010) explicó que es fundamental evitar la automedicación. “Medicar a un animal sin el consejo del veterinario de confianza es automedicarlo”, señaló a C5N.com. Antes de administrar cualquier fármaco, debe evaluarse el estado general del animal, ya que condiciones preexistentes como enfermedades cardíacas o renales pueden complicar su reacción. Además, los sedantes deben administrarse con tiempo previo, entre 15 y 20 días antes del evento, para evitar efectos secundarios, como el efecto paradojal, que es una reacción opuesta a la esperada.
El impacto de la pirotecnia en los animales radica en su naturaleza repentina. Según el veterinario, mientras las tormentas pueden anticiparse por cambios en el ambiente que los animales perciben con horas de anticipación, los fuegos artificiales no ofrecen señales previas, lo que dificulta que puedan prepararse psicológicamente.
Métodos para tranquilizar sin sedantes
Entre las opciones para calmar a los animales sin recurrir a fármacos, Romero recomendó el uso del chaleco compresivo. Este dispositivo ejerce presión sobre el cuerpo del animal, ayudándolo a reducir la ansiedad. Como alternativa más económica, se puede fabricar uno con una venda elástica:
Pasar la venda por la parte inferior del cuello y cruzarla por encima, dejando dos extremos o “chicotes”.
Llevar un chicote debajo del miembro anterior izquierdo y el otro debajo del derecho.Cruzar nuevamente ambos extremos por el dorso y ajustar en el vientre.
El veterinario destacó que este “abrazo tranquilizador” es efectivo y accesible.
Para los gatos, se recomienda preparar días antes un refugio seguro, como un espacio cerrado donde los sonidos sean menos intensos, por ejemplo, un placard. En el caso de los perros, se sugiere alejarlos de elementos peligrosos, como espejos o puertas de vidrio, para prevenir accidentes.
Aunque no está comprobado que la música tenga un efecto relajante, Romero explicó que puede ayudar a tapar los ruidos atemorizantes si se utiliza a un volumen adecuado. Sin embargo, sobreproteger al animal puede ser contraproducente, ya que podría percibir un contexto externo más amenazante. Por ello, el apoyo emocional equilibrado de los dueños es crucial, pues los animales toman como referencia las actitudes de quienes los cuidan para enfrentar las situaciones.
El acompañamiento adecuado y la implementación de estas estrategias pueden marcar la diferencia en el bienestar de los animales durante las festividades. (Con información de C5N)