Otra vez, el consumo de éxtasis en el marco de una fiesta electrónica termina en tragedia en la provincia de Córdoba. En esta oportunidad, una mujer de 28 años murió en el Hospital Domingo Funes, en la localidad de Santa María de Punilla.
La joven había sufrido una intoxicación con metanfetaminas (éxtasis) durante una fiesta electrónica que se desarrolló en el conocido predio “La Estación” que funciona en la localidad de Malagueño, confirmaron desde la Justicia y la Policía.
María Agustina Di Martino tuvo un edema cerebral y su estado era crítico en la terapia. Fuentes oficiales confirmaron que finalmente su corazón se detuvo.
Todo sucedió el sábado en horas de la madrugada. Eran las 7 de esa jornada, cuando la joven llegó al centro de salud, trasladada en ambulancia tras haberse intoxicado en una fiesta electrónica. No está claro con quién estaba.
Voceros oficiales indicaron que no hay dudas de que se intoxicó tras haber consumido éxtasis.
El éxtasis es el nombre popular con que se conoce a la metanfetamina (MDMA), una droga de diseño que provoca serias intoxicaciones y alteraciones cardiovasculares.
La Justicia provincial ya abrió una investigación.
“Por ahora, no se ha detectado delito alguno, pero estamos en eso, investigar. Todavía no sabemos dónde la compró. Se han ordenado distintas medidas procesales”, señalaron desde la Fiscalía de Instrucción N° 2 de Villa Carlos Paz.
Ya hubo otras cuatro tragedias
Con este drama, ya son cinco los jóvenes muertos por consumo de éxtasis en la provincia de Córdoba en los últimos ocho años.
Los otros cuatro casos fueron: Francisco Mignola (19), quien falleció en 2014 tras una rave en Valle Hermoso; Tania Abrile, quien perdió la vida tras un show en el domo de barrio Alto Verde, de Córdoba Capital, en 2016.
El consumo responsable de drogas gana espacio en la agenda pública
En 2017, en tanto, falleció Pablo Daniel Rielo tras intoxicarse con éxtasis en una fiesta electrónica en un complejo de barrio Talleres Este.
En 2019, Samir Andrés Velázquez (20) falleció tras consumir éxtasis en una fiesta clandestina en una casona de Camino a 60 Cuadras.
Por el caso de Samir hubo condenas a tres organizadores de la fiesta: las sentencias fueron de cuatro años y seis meses de cárcel efectiva por “facilitar las condiciones para el consumo de drogas”.
Más allá de las tragedias, en los últimos años hubo varios intoxicados que sobrevivieron.
El mayor problema, insisten los cuerpos médicos médicos, es que se trata de pastillas “estiradas” con distintas sustancias de diseño.
Tiempo atrás, la toxicóloga especialista Liliana Cancela explicó que estas drogas causan excitación, convulsiones, rigidez muscular, hipertermia, deshidratación, alucinaciones y pánico.
A nivel cardiovascular, causan taquicardia, arritmias, infartos y hasta una falla multisistémica.
Desde ámbitos judiciales, señalan que los jóvenes no toman metanfetamina pura, sino que es un conjunto de sustancias que terminan causando daños en el cuerpo y mente, y a muy corto plazo.
Peor es el resultado, cuando se lo mezcla con alcohol.
Un negocio que volvió
Córdoba, como otros puntos importantes de la Argentina, es un distrito de alto consumo de esta clase de drogas de diseño.
Las pastillas vienen de Europa y llegan vía encomiendas. A veces, pasan previamente por Brasil.
Hubo importantes secuestros de esas pastillas años atrás.
Con la pandemia, se había frenado el tráfico de estas sustancias.
Sin embargo, con la nueva normalidad, se reactivó el negocio. Tanto así que el secuestro de estas drogas volvió a repetirse en distintos puntos de la provincia de Córdoba. Incluso, en fiestas privadas. Semanas atrás, la FPA secuestró estas pastillas.
También hubo secuestros de pastillas a dealers: por lo general, se trata de jóvenes que vieron en esa venta una salida laboral. (Fuente: La Voz)