Tras la guerra, la aeronave fue adquirida por un coleccionista estadounidense, pero Crippa movió cielo y tierra para lograr que aquel símbolo de soberanía regrese a territorio argentino. Este viernes su propósito se concretó.
"Bienvenido a casa", gritó uno de los mecánicos del Aermacchi en la guerra, apenas se acercó a la aeronave. La emoción de todos los que presenciaron su llegada a suelo argentino fue compartida mediante las redes sociales, específicamente la cuenta Misión Owen, destinada a seguir de cerca la proeza del expiloto.
"Un agradecimiento a todos los amigos que nos ayudaron y a todas las autoridades que tienen competencia en estas cuestiones. Llegó a Sunchales. Ahora empieza el trabajo verdaderamente duro: tenemos que armar el avión y construir el edificio que lo contenga", señaló Crippa en uno de los videos que subieron esta tarde.
La llegada del avión no pasó desapercibida en la localidad santafesina. A las 18 arrancó una caravana desde el Parque Industrial, ubicado en el ingreso de la ciudad, que recorrió las calles de Sunchales junto al Aermacchi hasta llegar a la plaza Libertad.
"Este sueño empezó hace mucho tiempo, en el 2005, cuando me enteré que el avión había sido vendido. En febrero del 2022, un grupo de amigos, que están todos acá, hicieron que esto fuera tomando forma", dijo Crippa al llegar a la plaza, cobijado por una bandera celeste y blanca, con las campanas de la iglesia sonando de fondo y la voz resquebrajada de la emoción.
"Fueron muchas noches sin dormir. Pero hoy empieza acá en Sunchales el trabajo real. Esas noches sin sueños ocurrían por la ansiedad de si iba a ser posible. Hoy empezamos una nueva etapa. Hoy empieza a culminar ese sueño", expresó el veterano de Malvinas.
El avión fue recibido por el intendente de la localidad Pablo Pinotti y muchísimos vecinos que se reunieron a ver la llegada de la aeronave. Entre aplausos y banderitas celestes y blancas que flameaban intensamente, arribó aquel histórico símbolo patrio.
El futuro del Aermacchi
La llegada del Aermacchi a Sunchales es la conclusión de los esfuerzos del veterano de Malvinas Owen Guillermo Crippa que hizo lo que se creía imposible: lograr repatriar el avión que había sido vendido a un ciudadano norteamericano.
Sin embargo, es también el punto de partida de una nueva historia. Su llegada a territorio argentino es sólo el comienzo de un proyecto mucho más grande. Todo el operativo conforma la primera parte del proyecto denominado “Misión Owen”, que cuenta con el apoyo y respaldo de los distintos niveles del Estado, organismos públicos, agrupaciones vinculadas con veteranos de Malvinas e innumerables colaboradores, empresas y compatriotas en general.
Ahora la aeronave será restaurada para su exhibición, lo que implicará la construcción es un espacio idóneo.
Crippa y su heroica hazaña
El avión Aermacchi MC339 (4-A-115) perteneció a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque y tenía su base en el aeropuerto de Puerto Argentino. En la mañana del 21 de mayo, el Teniente de Navío Guillermo Owen Crippa fue enviado a comprobar si se estaba realizando un desembarco de las fuerzas enemigas en el Estrecho de San Carlos.
Al encontrarse efectivamente con los buques ingleses realizó algo que no se le había ordenado pero que no pudo evitar: abrió fuego. Esa mañana, el otro avión que lo acompañaría no pudo despegar porque tenía una rueda en mal estado, así que Crippa enfrentó su misión en absoluta soledad. Lo que siguió después fue una historia increíble de heroísmo y gran destreza aérea.
En agosto de 2022, La Capital dialogó con Crippa desde su casa en Sunchales y él recordó esa proeza. Según relató, cuando llegó al estrecho vio dos destructores ingleses estacionados, unos kilómetros más adelante otro y en la boca de la bahía un helicóptero inglés. "Me aparté de la costa para tirarle y ahí veo hacia el interior de la bahía muchos buques ingleses”, dijo en ese relato.
Crippa se encontró solo ante toda la flota inglesa y sin dudar abrió fuego y mientras esquivaba proyectiles hasta pudo trazar un croquis de cómo se encolumnaban los buques ingleses. “Si escapaba como llegué, me bajaban como a una paloma, así que opté por pasar entre ellos, muy bajo, lo que les dificultaba tirarme sin pegarse ellos mismos. Me pego al mar y paso haciendo zig zag entre las antenas de los barcos. Dejé una mano en el comando del avión y la otra en la manija del asiento eyector, por si me pegaban. Esquivé buques, helicópteros, casi choco contra dos. Veo que me tiran un misil, bajo potencia, lo esquivo y al llegar a la bahía tomo altura y dibujo en el papel que llevaba en la pierna un croquis de lo que había visto: eran 16 barcos”, detalló hace dos años.
Esa información fue clave para que la flota inglesa fuera atacada más tarde por aviones de mayor porte, pero Crippa había sorprendido a todos por su heroísmo y destreza. Ahora, el avión con el que se convirtió en leyenda, estará en suelo argentino.
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