REDACCIÓN ELONCE
La muerte de Facundo, un niño de tres años, el 25 de septiembre en Paraná, ha tenido un profundo impacto social y ha abierto una causa judicial por presunta mala praxis relacionada con la cirugía de amígdalas y adenoides realizada por el otorrinolaringólogo Guillermo Riolo en una clínica de Bovril. Este trágico evento también ha sacado a la luz otros casos similares.
En Argentina, se estima que unos de cada cuatro médicos enfrentan demandas por mala praxis a lo largo de su carrera, lo que genera miles de millones de pesos en reclamos anuales contra obras sociales, seguros y el Estado.
Un caso emblemático fue la muerte en 2019 de la periodista Débora Pérez Volpin durante un estudio de rutina en una de las clínicas privadas más costosas del país. Su fallecimiento derivó en un juicio que culminó con la condena de un médico y la absolución de la anestesista.
Las asociaciones médicas enfatizan que la medicina no es una ciencia exacta y que muchos reclamos carecen de fundamento, lo que impacta negativamente en la atención sanitaria. Además, los médicos critican a los abogados, argumentando que a menudo buscan oportunidades legales sin bases sólidas.
Los reclamos son más frecuentes en especialidades como cirugía plástica, medicina estética, traumatología y cirugía bariátrica, donde las altas expectativas de los pacientes sobre los resultados contribuyen a la insatisfacción.
Ante esta situación, es fundamental entender cuáles son los criterios legales que se deben cumplir para que un caso sea considerado mala praxis. ¿Cómo se evalúa la responsabilidad de un médico cuando el resultado no es el esperado o termina en la muerte del paciente? Y, finalmente, cuántos de los casos que se presentan en la Justicia entrerriana logran prosperar?
El abogado penalista Patricio Cozzi estuvo en El Ventilador para hablar acerca de la causa en particular, donde defiende los derechos de la familia de Facundo junto a Miguel Cullen, como así también de estos casos de mala praxis. En primera instancia, refirió que “la mala praxis deviene de una traducción del derecho anglosajón que se puso de moda. En las reglas del arte de curar, es generar en el otro un daño lesivo o un desenlace fatal como en este caso (refiriéndose al de Facundo)”.
Asimismo, ahondó: “Puede tener diferentes responsabilidades: esto es civil y penal. Generalmente, en los casos de mala praxis –desde el punto de vista penal- por algún obrar imprudente, negligente o impericia en la profesión o en los deberes a cargo le hace causar a la otra persona la muerte, más que nada en este enfoque concreto en la cual le derivan en ciertas mala praxis una responsabilidad penal”.
“En este hecho horroroso que derivó con el desenlace fatal de Facundo lo que hay es una apertura de causa, donde se establece cuál es el hecho a investigar. Se establece con los elementos que hay en ese momento cuál es la conducta que se irá a investigar. En este caso, el único sospechoso es el doctor Guillermo Riolo. No se ha imputado ni precisado la conducta específica porque estamos esperando algunos informes que hacen justamente precisar cuál fue la conducta dentro del quirófano como así también demás conductas que fueron sucesivas y tuvieron como desenlace la muerte de Facundo”, comentó.
En relación a cómo debe tratarse este tipo de hechos en los que se pone en duda el accionar médico, sostuvo: “Son causas complejas y no cualquier resultado lesivo, a partir de un acto médico, se puede hablar de mala praxis. Estamos hablando de una obligación de medios, donde hay ciertas complicaciones que son previsibles y otras que no. Hay casos fortuitos y de necesidad, como una serie de elementos a analizar para llegar a la conclusión de que efectivamente estamos hablando de una mala praxis. Se tienen que dar ciertos elementos que son complejos. Cuando hablamos de la parte de mala praxis, estamos refiriendo que, en este caso del desenlace fatal, estamos hablando de un homicidio culposo en esa mala práctica por no aplicar debidamente u observar los deberes a cargo o actuar con imprudencia, negligencia o impericia”.
“La causa establece que por un obrar o por no seguir las reglas específicas del arte de curar y por un acto que sucede en el quirófano y actos posteriores aumentaron la puesta en riesgo del bien jurídico –en este caso la vida de Facundo- por desentenderse de ciertas obligaciones, que está en análisis de investigación, se produjo este desenlace fatal”, subrayó Cozzi.
En relación a las posibles penas que pueda recibir el doctor, refirió: “Si estamos hablando de una lesión, pasamos a un delito de lesiones. En este caso que estamos hablando de un desenlace fatal, estamos hablando de un delito de homicidio, a priori, culposo”.
Javier Aragón fue el primer panelista en interrumpir a Cozzi, consultó si puede seguir trabajando como médico en la parte privada, más allá de ser cesanteado en el hospital San Martín. En ese sentido, el abogado penalista explicó: “Hoy tiene suspendida la matrícula por disposición del Ministerio de Salud. Fue la primera vez en la historia que se efectúa un pedido de suspensión de la matrícula por cuestiones administrativas, sumado a esta grave denuncia que se está investigando. Por lo tanto, no puede llevar adelante prácticas médicas”.
“Está en juego la vida de las personas cuando un médico hace algo que no corresponde”, manifestó en su intervención la abogada Corina Beisel. Además, aclaró que “no es odio al médico, no es perseguirlo y matarlo en la calle a Riolo. Es tener simplemente en cuenta sus antecedentes y por qué la Justicia viene transitando por un camino bastante lento”.
Alejandro Abero, en cambio, interrogó al abogado: “Quién analiza a esa persona (al médico)? ¿En qué condiciones está esa persona para hacer esta intervención? Por tal motivo, Cozzi respondió: “Se trata de dilucidar lo que pasó con los elementos que tenemos. Se trata de poder reconstruir las diferentes etapas en las cuales sucedieron estos hechos. Respecto al estado particular, es diferente porque no estamos hablando de un accidente de tránsito en el cual llega la policía y puede hacer diferentes análisis”. Luego, detalló: “Hay determinados análisis que estamos analizando para poder llevar adelante, pero no podrían determinar si en ese momento concreto había una afectación”.
Abero retomó la palabra y repreguntó: “¿Es casi imposible demostrar algo?”. Allí el profesional explicó que “están a la espera del informe autópsico, que nos va a determinar con especificidad para establecer las prácticas médicas llevas adelante fue acorde a un obrar prudente. Por otro lado, tenemos testigos que estuvieron en el lugar del hecho, que vieron lo que pasó. Hay otros que subieron a la ambulancia, otros que vieron cuando llegaron a Paraná, otros que llegaron e intervinieron en Paraná. Hay un montón de testigos que pueden atestiguar el contexto en el cuáles se dieron (las lesiones). Tenemos que investigar si hubo negligencia o imprudencia”.
Además, se contó que hay otras pruebas como “cámaras de vigilancia, grabaciones, audios y un montón de cuestiones que nos sirven para probar esto, más allá de la instancia probatoria”.
Beisel volvió a opinar y resaltó que “Riolo incurrió en un mal desempeño de su labor y está probadísimo. Tengo rumores de que el doctor opera con láser y que con esa carótida al niño producto de lo cual se desangró”.
Yohana Fucks, por su lado, indagó a Cozzi acerca de evoluciones en el plano legislativo ante posibles casos de mala praxis. Por tal motivo, el abogado contó que la familia de Facundo “pone su empeño en que esto no vuelva a suceder. En ciertas idas y vueltas se los ha acompañado con ciertas autoridades provinciales de poder, al menos, mejorar esta cuestión. Acá tenemos clínicas privadas que tienen el derecho de admisión y de reservarse ciertos derechos si permiten o no que tal médico opere o lleve algún acto médico dentro de su clínica, y justamente de poder encausar una coordinación para que si hay denuncia o una sanción pueda haber una coordinación general para que esté en conocimiento y se anoticie al órgano de control”.
