REDACCIÓN ELONCE
Priscila Lotero Rojas, una niña de 9 años de Tabossi, desafió a la adversidad y celebrado su cumpleaños rodeada del amor de su familia tras superar un complejo diagnóstico de cáncer. En 2021, la pequeña fue diagnosticada con sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer óseo que suele afectar a adolescentes y jóvenes adultos. En el caso de Priscila, el pronóstico fue especialmente difícil, ya que los médicos descubrieron que el 70% de su cuerpo estaba invadido por tumores.
Un diagnóstico que conmovió a la familia
“La noticia fue un golpe muy fuerte para la familia, porque nadie está preparado para transitar algo así”, recordó su mamá, Jésica Rojas, en diálogo con Elonce. “Decidimos aferrarnos a la fe y vimos la fuerza que Priscila tenía para afrontar el tratamiento”, relató. Con la convicción de su creencia cristiana, Jésica decidió poner todo en manos de Dios mientras aceptaban el tratamiento médico que se les ofreció en Buenos Aires. “Cuando llegamos, los médicos no tenían muchas expectativas, pero siempre confiamos en que Dios haría un milagro”, expresó.
El acompañamiento de la fe y la medicina
La madre de Priscila recuerda con gratitud la dedicación del equipo médico y el apoyo de otras familias que también enfrentaban situaciones similares. “No es fácil adaptarse de un día para otro. Cuando llegamos a Buenos Aires, nos encontramos con un mundo muy diferente, pero rodeados de personas que entendían por lo que estábamos pasando”, compartió Jésica. “Los médicos hacen todo lo posible y saben mucho, pero siempre hay que esperar los resultados con esperanza; es un proceso largo, pero es fundamental confiar en que la medicina está de nuestro lado”, agregó.
Una nueva vida para Priscila
Actualmente, Priscila lleva una vida normal y feliz. “Gracias a Dios, hace dos años que ya no recibe ninguna medicación. Los controles son cada seis meses, duerme bien, disfruta y hace todo lo que quiere hacer”, destacó Jésica, llena de alegría por el estado actual de su hija. Además, Priscila, en su inocencia y entusiasmo, compartió con Elonce que sueña con ser “doctora o pastora” cuando sea grande. “Hoy fui a la escuela y estaba muy feliz”, dijo la pequeña entre risas.
El día a día en familia y la llegada de su fiel amiga, Mía
Priscila disfruta de sus días en la escuela y en casa, donde juega con su perrita Mía, que llegó en un momento muy especial. “Los oncólogos no le permitían tener mascota durante el tratamiento, pero ahora, después de dos años, pudimos traerla a casa”, comentó Jésica y aseguró que la mascota se ha convertido en una compañera inseparable para la pequeña.
Un mensaje de esperanza: “Los milagros existen”
Para Jésica, la experiencia fue transformadora, y su mensaje a otras familias que atraviesan situaciones similares es de aliento y fe. “Siempre digo que la medicina está, pero la fe tiene que ser más fuerte que los miedos, porque los milagros existen; solo hay que creer y aferrarse a la vida”, concluyó.