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Las localidades se conocen por sus costumbres y tradiciones, pero por sobre todo, gracias a su gente. Elonce recorre suelo entrerriano en el marco del micro Espejo de mi Tierra para dar cuenta de los personajes que hacen grande a sus pueblos. Tal es el caso del afinador de acordeones radicado en Santa Elena, Abel Cruz Gómez, quien se define como “nacido en las cuchillas de Montiel”.
“Me dedico a la reparación y afinación de instrumentos, específicamente, acordeones. Empecé reparando mi acordeón, después traté de conseguir otras más a mi gusto y, sin querer, terminé trabajando de esto porque otros se enteraron y comenzaron a traerme trabajos”, repasó Gómez en relación a los inicios de su oficio, el que de acuerdo a lo que definió, le dio la posibilidad de “conocer muchos músicos y gracias a Dios puedo vivir de esto”.
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Consultado al luthiers sobre los tiempos que demanda una reparación y afinación de instrumentos, éste detalló: “Según el estado en el que esté, es como un auto, y según lo que se le quiera hacer; para una afinación completa hay que disponer de una semana, pero si hay que restaurarla entera, hasta un mes y medio”.
Según comentó, también hay que tener en cuenta “la escala en la que esté fabricada el acordeón, si está en una tonalidad u otra; la disposición de las notas son diferentes”. “Pero llega un momento en el que uno se tilda. Entonces, es preferible parar cinco minutos, antes que renegar dos horas”, reconoció.
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“A todos los acordeones que pasan por mi taller, les pongo un logo que dice “chamamé” porque es como para darle vida al instrumento. A veces me traen acordeones que pareciera que no sirven más y hay que tirarlos, pero mientras tenga las voces completas, lo demás se repara artesanalmente y se hace a nuevo”, refirió Gómez y sentenció: “Cada trabajo es único y tiene su magia”.
“No me gustaría estar en un mundo sin acordeones porque desde la primera vez que vi este instrumento, me llamó la atención y hasta el día de hoy es algo que llevaré hasta mi último día”, cerró.
(Elonce)