Desde el sábado 18 de julio, la familia Ríos vive una pesadilla. Luego de que Jorge, un herrero de 70 años, matara de un disparo en el tórax a uno de los cinco delincuentes que ingresaron a robar en su casa de Quilmes y lo golpearon salvajemente, la Justicia cambió la caratula del caso a "homicidio simple, agravado por el uso de arma de fuego" y el jubilado debe cumplir prisión domiciliaria.
Además, producto del hostigamiento de los familiares y amigos de Franco Moreyra (26), el delincuente fallecido que integraba parte de la barrabrava de Quilmes, los hijos de Ríos decidieron poner en venta la casa.
"Estamos viviendo una pesadilla. Se me parte el alma tener que despedirme de esta casa, que con tanto sacrificio levantaron mis padres. Me da bronca tener que irme de donde nací y no ver más a mis vecinos", se lamentó Gabriela, hija de Ríos, en diálogo con A24.
"Anoche, la cuadra estaba llena de gente. Y de repente vinieron familiares del fallecido a insultarnos. Nuestros abogados actuaron enseguida e hicieron gestiones para que viniera la policía. La custodia está de manera indefinida en la casa", añadió.
Por su parte, otro de los hijos del jubilado, Federico, quien tiene instalado su taller de trabajo en la casa donde ingresaron los delincuentes, destacó la solidaridad de su papá en el barrio: "Es un tipo que laburó toda su vida. Levantó la casa junto a mi mamá, cuando acá no había nada. Siempre se comprometió: fue uno de los gestores de la construcción de las cloacas, la iluminaria y hasta el asfalto. Siempre estuvo dispuesto a ayudar a los vecinos".
"Mi papá tenía un arma en su casa porque estaba podrido, como cualquiera. No es la primera vez que roban en la cuadra y tampoco en mi casa. Mi papá es herrero. Una vez estábamos cargando unas rejas, y nos increparon; terminó con 4 puntos en la cabeza", agregó Federico, que dejó de vivir con su papá hace 8 meses, cuando nació su hija.
Además, aseguró que "desearía que el delincuente no estuviera muerto, sino preso como corresponde" y sostuvo que la forma de proceder de su padre "no fue la correcta", pero "fue producto de una justicia que no funciona". Y agregó: "Una vez más, una persona que se defiende termina presa y con una familia destruida".
"Mi papá empieza a hablar y se quiebra. Está en un estado de shock. Es un enfermo cardíaco, es hipertenso. Vive con un solo riñón. Tiene adrenalina instalada, toma muchas medicaciones diarias. De milagro no se infartó", explicó Gabriela.