REDACCIÓN ELONCE
Entrerriano hizo cumbre en Aconcagua. El montañista Marcelo Facello, es el primer deportista nogoyaense en hacer cumbre en el Aconcagua.
“El 18 hicimos cumbre a las 3 de la tarde, el 20 bajamos del Aconcagua y el 21 estaba en la ciudad de Mendoza. Nos llevó 17 días, desde el 2 de diciembre que comenzamos. Hubo un proceso de aclimatación en montañas vecinas para que el cuerpo vaya formando más glóbulos rojos por la falta de oxígeno”, comenzó relatando durante el programa Nunca es Tarde de Elonce.
Contó que “una vez que nos vamos sintiendo aclimatados pasamos directamente a Aconcagua para iniciar el ascenso”.
“Estuvimos en otras montañas de hasta 5.000 metros de altura en la zona de Vallecito. Tras 9 días allí pasamos al Aconcagua. En un solo día hicimos el campamento de altura que es Confluencia. Son cinco horas. Al día siguiente nos fuimos al campamento base. Son 8 horas, 22 kilómetros de marcha sobre un valle con mucho viento. Estuvimos dos días a 4.300 metros de altura para seguir aclimatándonos Después pasamos a campamento dos a 5.570 metros de altura; nos salteamos el uno porque nos sentíamos muy bien”, remarcó.
Describió que “sentis sensación de cansancio, tener que respirar más lento. Si no aclimatás bien se hace todo mucho más lento. Es increíble cómo el cuerpo se adapta a cada proceso”, manifestó.
No obstante, admitió que “hay momentos en que ponés la mente en blanco y sólo en seguir. Sino, tenés que descender porque no conviene que te agarre un agotamiento extremo a esta altura porque la evacuación se hace muy dificultosa”.
Entrenamiento previo
Facello reveló que “había hecho entrenamiento de fuerza, natación y cardio” en la capital entrerriana. “Hice una dieta proteica y de carbohidratos. Allá en los campamentos más bajos vas cocinando cosas fáciles, como pastas. Y después, productos enlatados. Normalmente en la altura no tenés hambre y tenes que obligarte a comer, porque en la alta montaña estás consumiendo más de 5.000 calorías diarias”.
Sobre el equipaje, mencionó que se lleva “una mochila de 15 kilos con el equipo personal”.
“Llegamos a tener unos 30 grados bajo cero. En los últimos campamentos prácticamente dormí pocos minutos, por lo que el descanso es dificultoso por la incomodidad y el frío”, recordó.
La satisfacción de llegar
A pesar del cansancio, llegar es “una satisfacción extrema, difícil de contar” por el sacrificio que implica conseguirlo. Es como el trofeo simbólico de los 19 días que estuviste en la montaña. En la cumbre se permanece unos 20 minutos”.
Advirtió que, por la gravedad, siempre los accidentes se producen en descenso. Reconoció el último día fue complicado y que dudó en seguir por el miedo, frío, cansancio y agotamiento. “Los montañistas ya sabemos lo que puede pasar”, reconoció.
Finalmente, resaltó el cuidado que se tiene con el medioambiente para no dejar ningún residuo en la montaña.