El gobierno de Santa Fe implementó un nuevo protocolo para abordar casos de violencia de género, que sustituye los tradicionales botones de pánico por tobilleras electrónicas. La iniciativa tiene como objetivo mejorar el monitoreo y la intervención en situaciones donde se incumplen medidas de restricción, como las órdenes de alejamiento.
El ministro de Justicia y Seguridad de la provincia, Pablo Cococcioni, explicó este martes que el uso de tobilleras electrónicas es una "alternativa" a las aplicaciones y dispositivos que hasta ahora recibían las personas bajo protección. "Vamos a poner a disposición esta herramienta. La decisión de su implementación será tomada caso por caso por los jueces", señaló el ministro.
Cococcioni destacó que este nuevo sistema busca evitar que las víctimas de violencia de género tengan que depender exclusivamente de aplicaciones móviles para su seguridad. "Les dará cierta tranquilidad saber que el Estado está monitoreando la situación y protegiéndolas", aseguró.
El protocolo implica un monitoreo mediante dispositivos duales, donde el agresor lleva una tobillera electrónica y la víctima un aparato que mide la distancia entre ambos. Esto permite detectar si se incumple la restricción de acercamiento. En condiciones óptimas, el sistema podría funcionar con una distancia de entre 700 y 800 metros, explicó el ministro.
Cococcioni también hizo referencia a las limitaciones del sistema tradicional, señalando que en ocasiones el agresor destruye los botones de pánico o arrebata el celular de la víctima, impidiendo la comunicación con las autoridades. "Este nuevo enfoque coloca la carga tecnológica en el agresor, no en la víctima", dijo.
Aunque los dispositivos duales no se usarán en todos los casos, ya que la prisión domiciliaria solo puede ser monitoreada con tobilleras electrónicas, el ministro subrayó que este nuevo enfoque permitirá activar el protocolo de forma automática, notificando a la policía en caso de violación de la restricción perimetral.
