Docentes, directivos, alumnos y sus familias marcharon este viernes por la tarde a plaza 25 de Mayo de Concordia.
El objetivo, según indicaron, fue “defender la escuela pública y los derechos de los trabajadores de la educación”.
María José Chapitel, de Agmer Concordia, comentó a Elonce que “fue una convocatoria espontánea que surgió de las familias en apoyo a los docentes. Nos llena el alma de orgullo, de emoción, saber que los docentes y las familias estamos codo a codo en la calle, en la misma lucha”.
“La sociedad entera está entendiendo cuál es la lucha de los docentes, que en definitiva es defender la escuela pública, que es de todos. Fue espontáneo. En mi caso me enteré de la convocatoria por el grupo de papas de mi hijo”, aseguró.
Señaló que “las aulas hoy estuvieron vacías porque los padres, las familias, hicieron el paro que este gobierno con la conciliación obligatoria no nos dejó hacer. Queremos que el gobierno nos escuche. Los docentes no estamos solos. Las familias están codo a codo”.
“La lucha docente siempre fue con las familias, pero esta vez logramos que los padres puedan tener voz”, finalizó.
En Paraná hubo olla popular
En el marco del plan de lucha que los docentes entrerrianos llevan adelante por la recomposición de salarios, y mientras rige una conciliación obligatoria que obligó a suspender los paros, integrantes de AGMER Paraná realizaron este viernes al mediodía una olla popular en Plaza Mansilla, frente a Casa de Gobierno.
En declaraciones a Elonce, el secretario adjunto del gremio, Martín Tactagi, expresó que “es un día especial porque, entre otras cosas, en toda la provincia, ha sido llamativo cómo los padres fueron los que garantizaron el paro, ya que los docentes no lo podemos hacer porque rige la conciliación obligatoria. Los estudiantes no asistieron a las escuelas en solidaridad con todos los docentes; por lo tanto, hay muchísimas escuelas vacías”.
Consultado sobre los motivos de la decisión que habrían tomado algunos padres de no mandar a sus hijos a la escuela, el sindicalista opinó: “Es un espíritu de solidaridad, propio del mal momento que vive toda la población, pero además es asombroso el grado de precariedad que tiene nuestro salario. En junio y julio los docentes vivimos muchos bajo la línea de indigencia, nunca antes visto. Los padres entienden que no puede ser que los maestros de sus hijos, estén viviendo en condiciones de indigencia”.
